El cabello y la piel envejecen por igual.
Debemos cuidar a ambos para que su deterioro sea lo más tardío posible.
A partir de los 20 años ya comienza el envejecimiento del pelo.
Esta afirmación está respaldada por una investigación científica de un reconocido instituto.
En esta etapa empiezan a hacerse visibles en el pelo las señales que indican el paso del tiempo, debido a que decae su actividad molecular.
Disminuye el volumen, es menor la densidad y su diámetro y desciende la producción de sebo, resaltando la sequedad.
Todo esto junto, se acentúa con la llegada de la menopausia.
El mayor responsable de la pérdida de fortaleza en el pelo, son el estrés y la contaminación del medio ambiente.-
Si a esto le sumamos, en el caso de las mujeres, los cambios hormonales que debe atravesar a lo largo de su vida, llámese embarazos, ciclos menstruales y por último el climaterio, todo esto se suma a los factores externos y la hacen mucho más sensible a la afectación del mismo; de ahí la recomendación de iniciar su cuidado cuando finaliza la pubertad.
Afortunadamente hay tratamientos para retrasar y aún prevenir todo este proceso, logrando hacerlos lucir, como si fuera la piel, hasta diez años más joven.
Este tratamiento anti-age, con componentes anti-oxidantes, fue testeado en mujeres de alrededor de 30/35 años y permitió corroborar su eficacia tan solo al mes de su comienzo.
En casi el 100% de los casos el aumento del volumen y de la cantidad fue reconocido a simple vista.
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