La anorexia sexual es la falta del deseo erótico... una inhibición a la hora de concretar el acto sexual.
El apetito sexual se bloquea completamente, creando desgano, frustración, y hasta cuadros de depresión.
Puede deberse a muchas cosas, pero es frecuente que el estrés y las contínuas presiones de todos los días sean los factores más importantes. El deseo sexual es un fenómeno manejado en su totalidad por la mente, razón por la cual la anorexia sexual muchas veces puede estar relacionada con experiencias individuales o mandatos familiares. Tiene mucho que ver también la falta de diálogo en la pareja. Ella no tiene ganas, él no se atreve a abordarla, ella se siente incomprendida y él decepcionado porque cree que ya no logra que su mujer se sienta atraída y finalmente el deseo y el sexo quedan postergados a un segundo plano. Los especialistas explican que más de un 30% de las consultas se deben a este problema, que afecta más a las mujeres que a los hombres.
Son muchísimas las causas que pueden dar origen a la anorexia sexual: socio-culturales, familiares, de pareja, relacionadas al inicio sexual y al estilo de vida, psicológico y tantos otros. Pero otro factor fundamental tiene que ver con la calidad del vínculo de la pareja y el ciclo vital que ésta esté atravesando. La dificultad en la comunicación deviene en una mala interacción sexual y esto activa el circuito de la insatisfacción.
Otro factor tiene que ver con la rutina, la falta de sorpresa, de creatividad y novedad. El estrés, el cansancio, los ciclos y/o crisis vitales que puedan estar ocurriendo.
Los factores personales que tienen que ver con la imagen personal son también determinantes llegado el momento. Sentirse rechazado, inseguro, con baja autoestima.
Generalmente quien pasa por este trance suele tener una mala percepción de su figura y de su anatomía en general.
Este trastorno puede ser desde el inicio de la actividad sexual o adquirido, luego de un período de actividad sexual normal.
Ante un problema de este tipo es aconsejable acudir lo antes posible a un psicólogo o sexólogo. Tener actitud positiva, saludable y abierta sobre la sexualidad y el placer. Entender y permitirse tener fantasías y goce a través de ejercicios en pareja, para favorecer a una mejor comunicación en la vida diaria. Trabajar el conocimiento personal, a nivel corporal y cognitivo-emocional. Mantener el erotismo en la pareja desde los pequeños actos (salir y realizar actividades que no incluyan a terceros y hasta practicar el sexo en lugares que inviten a la distensión y la pasión). El diálogo en la pareja también es muy estimulante.
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