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jueves, 13 de junio de 2013

CHICOS DE DUELO



Cuando muere un ser querido siempre es un momento muy doloroso, triste y traumático para los adultos, pero también para los chicos. Estamos decepcionados, enojados, contrariados, pero los más niños, además, necesitan la presencia activa de los mayores cuando les toca transitar por esos complicados momentos.
Dicen que para que los adultos puedan tratar este tema, sería indispensable que realizaran un trabajo interno relacionado con sus propias pérdidas, porque según sean las pérdidas que ha tenido una persona y el tratamiento que les haya dado, se parará de manera diferente frente a ellas y se la transmitirá a sus hijos también de forma diferente. Hay muchos adultos que siendo conscientes que las personas tenemos que morir, niegan sin embargo la muerte y no hablan nunca de ella para no convocarla. Cada uno reacciona frente a la muerte de acuerdo a su propia historia, pero hay que saber que el duelo es algo normal que se debe poner en marcha cuando se pierde a un ser querido.
La reacción de los niños guarda relación directa con el grado de parentesco que lo haya unido a la persona fallecida. Si se trata de un abuelo le podemos decir que el cuerpo ya estaba deteriorado y que su corazón dejó de funcionar. Si se trata de una persona más joven, aunque nos cueste, debemos intentar contestar sus preguntas e ir con la verdad. Si es uno de sus padres, el padre supérstite será quien deberá hablar con el niño y alentarlos para que expresen sus sentimientos.
Es posible que al principio se muestren agresivos o introvertidos, por eso si los ayudamos a ponerle palabras a lo sucedido, los estaremos ayudando en la elaboración del duelo.
Cuando un niño afronta un duelo, es necesario que los padres hablen con las autoridades del colegio para que se sienta contenido también en ese marco. El colegio debe acompañar al niño en esta etapa y prestarse para hablar con él, alejado de los otros niños, si se observa que en algún momento tiene ese requerimiento.
Si por el contrario el duelo no estuvo favorecido por el entorno familiar, se puede recurrir a la psicoterapia para aliviar las fantasías de los pequeños y la falta de información, que suelen traducirse en incertidumbre, sentimientos de temor excesivo y culpa. Acompañarlo en su dolor, consolarlo y darle la oportunidad de que se exprese a partir de la pérdida e informarlo de todo aquello que lo inquiete.
Una de las dudas que suelen plantearse a los adultos, es si llevar o no al pequeño al cementerio. Depende de la edad, del parentesco y de la madurez de cada niño. Cuando llega el momento de tratar un duelo con un niño no debemos olvidar que son precisamente eso y que necesitan de nosotros, por lo que tenemos que fomentar el diálogo y despejarles todas las dudas y preocupaciones que se les pueden plantear, siempre de acuerdo a la edad que tengan. Pero no olvidar nunca de brindarles un marco de contención y explicarles que las personas mueren pero el amor no muere jamás.
 

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