¿Sabe usted cómo está su hígado? Es bueno conocer en qué estado se encuentra. La obesidad, la cirrosis o la hepatitis son enfermedades que pueden sobrevenir como consecuencia de su mal funcionamiento. A eso se le puede agregar el aumento del colesterol, de los triglicéridos y también la diabetes.
Debemos saber que este órgano es el que se encarga de metabolizar todo lo que ingerimos y desintoxica nuestro cuerpo de todas las sustancias perjudiciales, tales como los medicamentos, el alcohol, etc.
Es bastante común escuchar que alguien que está obeso nos dice que el médico le ha dicho que no adelgaza porque su metabolismo es lento. Y así es. La digestión se torna más pesada y aumenta la acumulación de las grasas. Al mejorar el funcionamiento del hígado, el metabolismo se acelera y el cuerpo comienza a perder peso más fácilmente, eliminándose más rápido los azúcares y las grasas.
Un hígado saturado produce mal aliento. Muchas veces hemos creído que este problema era el resultado de una mala higiene bucal, pero hoy sabemos que puede no ser así. Cuando el hígado está intoxicado, el aparato digestivo funciona incorrectamente, provocando reflujo, sabor feo en la boca y malestar general.
Se sabe que las bebidas muy fuertes como el whisky, el vodka, el ron y aún la cerveza, intoxican nuestro hígado y su consumo excesivo puede provocar cirrosis.
Recientemente se ha descubierto que los bebedores "sociales", que como su nombre lo indica son los que beben sólo cuando están en una reunión, pueden contraer a largo plazo, enfermedades graves de hígado, debido al consumo de alcohol seguido de medicamentos para aliviar la resaca del día después.
Además de las funciones ya mencionadas de metabolización y purificación de la sangre que realiza el hígado, también es el que se encarga de transformar el azúcar en energía. Esto es lo que le permite a una persona sostener un peso adecuado.
En definitiva, saber cómo está su hígado y hacer las cosas que convienen para mejorarlo, lo ayudarán para prevenir y/o tratar si se enfrenta a alguna enfermedad derivada de su mal funcionamiento.
Es bastante común escuchar que alguien que está obeso nos dice que el médico le ha dicho que no adelgaza porque su metabolismo es lento. Y así es. La digestión se torna más pesada y aumenta la acumulación de las grasas. Al mejorar el funcionamiento del hígado, el metabolismo se acelera y el cuerpo comienza a perder peso más fácilmente, eliminándose más rápido los azúcares y las grasas.
Un hígado saturado produce mal aliento. Muchas veces hemos creído que este problema era el resultado de una mala higiene bucal, pero hoy sabemos que puede no ser así. Cuando el hígado está intoxicado, el aparato digestivo funciona incorrectamente, provocando reflujo, sabor feo en la boca y malestar general.
Se sabe que las bebidas muy fuertes como el whisky, el vodka, el ron y aún la cerveza, intoxican nuestro hígado y su consumo excesivo puede provocar cirrosis.
Recientemente se ha descubierto que los bebedores "sociales", que como su nombre lo indica son los que beben sólo cuando están en una reunión, pueden contraer a largo plazo, enfermedades graves de hígado, debido al consumo de alcohol seguido de medicamentos para aliviar la resaca del día después.
Además de las funciones ya mencionadas de metabolización y purificación de la sangre que realiza el hígado, también es el que se encarga de transformar el azúcar en energía. Esto es lo que le permite a una persona sostener un peso adecuado.
En definitiva, saber cómo está su hígado y hacer las cosas que convienen para mejorarlo, lo ayudarán para prevenir y/o tratar si se enfrenta a alguna enfermedad derivada de su mal funcionamiento.
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