La señora Hilmer me había arreglado la cita con Joan -la joven en cuya
casa había estado Andrea antes de ser asesinada- y hacia allá me estaba
dirigiendo. Cuando llegué, Joan me estaba esperando y ya tenía el café
preparado y la mesa del comedor lista para tomar juntas la merienda. Su familia
había salido.
No tardamos mucho en sacar el tema que me había llevado hasta allí. Me
contó que la abuela de Rob estaba haciendo grandes donaciones a escuelas,
bibliotecas y demás, seguramente pensando en el segundo juicio y la
manipulación del resultado.
Le dije a Joan que no cabía duda que la llamarían a declarar y agregué
que me había llamado la atención que su testimonio anterior hubiera sido tan
corto, teniendo en cuenta que había sido la última persona que había estado con
Andrea, antes que el asesino.
Joan me dijo que eso se había debido a que no le habían hecho las
preguntas que tendrían que haberle hecho. Por ejemplo, preguntarle algo sobre
Will Nebels, testigo gracias al cual Rob estaba ahora gozando de la libertad
condicional. Andrea y yo siempre decíamos que era demasiado cordial, por no
decir que era un degenerado. No te imaginás lo fuerte que nos abrazaba a tu
hermana y a mí cuando nos encontraba por la calle y no había nadie alrededor.
Era un borracho… y la que le gustaba
realmente era tu hermana Andrea.
Yo me había quedado muda escuchando lo que Joan me estaba diciendo y lo
que no entendía era porqué lo sacaba a relucir ahora. Qué querés decir Joan?
Que todo lo que declaró Will es mentira? Le habrán pagado los Westerfield para
que mintiera tan descaradamente?
No sé, pero yo cuando declaré dije cosas tan ambiguas que los abogados
y los jueces no las tuvieron ni en cuenta.
Sí, y lo que dije yo lo habrán tomado como una fantasía de chicos.
A ver… supongamos que Andrea fue al garaje a encontrarse con Rob y que
Will la siguió hasta allí. Capaz que cuando la vio sola la quiso atacar para
besarla y ella al defenderse tropezó y cayó y como el piso era de cemento se golpeó en la nuca. Algunos decían que el
golpe en la nuca fue posterior al golpe que le dieron con el gato y otros que a
lo mejor primero cayó, se golpeó, quedó aturdida y luego la golpearon con el
gato.
Escucha Ellie, yo pensé que capaz que cada uno está contando una parte
de la verdad. Puede haber pasado que Will, cuando se topó con ella forcejearon
y ella cayó y se desmayó. Él se asustó y salió corriendo a la casa pensando en
qué podía hacer. Mientras estaba ahí, vio por la ventana llegar a Paulie con el
gato que había sacado del coche, en la mano, para protegerse de Rob que
supuestamente iba a estar allí. No te olvides que la celadora del colegio lo
escuchó decir a Paulie cuando se enteró del asesinato “no pensé que estaba
muerta”. Un ratito después Will ve que Paulie se va con el auto a toda
velocidad y piensa que tal vez va a la policía a contarle lo que ha pasado. Por
otra parte, sabe que Andrea está inconsciente y que si cuenta lo que Will hizo
seguramente lo llevarán preso,, así que levanta el gato que Paulie dejó allí
tirado y la mata llevándose el arma homicida. Cuando termina la película, Rob
sale del cine, sube al auto y cuando llega al garaje se encuentra con esa
escena y sale corriendo porque se imagina que lo van a culpar a él de todo.
Yo estaba impaciente esperando que terminara su relato que me estaba
cayendo terriblemente mal. Con furia le pregunté: ¿y cómo fue a parar el gato
al baúl del coche de Rob?
Will estaba trabajando en casa de los Westerfield, por lo que no le
costó nada volver a poner el gato en su lugar sin ser visto por nadie.
Cuando Joan terminó de hablar le pregunté de dónde había sacado todo
eso que me había dicho y me contó que su primo era juez y que, además de
presenciar todo el juicio se enteró de todos los pormenores. Para él Rob era
inocente, por más agresivo y desagradable que fuera.
Así que ahora el oficial creía que el asesino había sido Paulie, la
señora Hilmer también dudaba de su inocencia y Joan estaba convencida que era
Will Nebels. Sin embargo yo sabía que el único que había acabado con la vida de
mi hermana era Rob Westerfield.
Le pregunté a Joan si estaba enterada que Rob le había regalado un
medallón a Andrea… me dijo que no lo sabía y que esa noche cuando salió de su
casa sólo llevaba una fina cadena de oro en la base del cuello. Sin embargo yo
recordaba que esa noche Andrea vestía un pullover con escote en V y la ví
cuando se estaba poniendo el medallón. Como luego se puso el tapado,
seguramente lo dio vuelta para atrás para que mamá no la viera al salir de la
casa. Yo había leído minuciosamente lo que llevaba puesto Andrea el día de su
muerte y en ningún momento se dijo nada de una cadena con un medallón, porque
seguramente Rob había vuelto a buscarlo. Pensé que escribiría eso en mi página
web porque era otra pista importante a seguir.
Cuando me fui de la casa de Joan era la hora de almorzar y busqué un
restaurante que no fuera demasiado caro. Me senté en un lugar que me quedaba
muy justo pero era el único sitio vacío. A mi lado había una mesa reservada
para seis personas. Pedí sopa de pescado bien caliente, ensalada y una botella
de vino. La camarera me trajo la sopa y cuando estaba llevando la primer
cucharada a la boca, noté la presencia de las personas que iban a ocupar la
mesa vecina. Dos de ellas tomaron asiento y una estaba parada a mi lado. Era
Rob Westerfield, que con la mano extendida esperó para saludarme, pero no le
respondí. Las otras dos personas eran su padre y su abogado. Él tenía una
presencia impactante, típica de un hombre poderoso. Sus ojos eran de un azul
intenso, muy alto y su cabello ya empezaba a pintar canas. Con mucho afecto me
dijo: Ellie, la camarera me dijo que a mi lado estaba sentada la hermana de
Andrea, pensando en que me sentiría afectado tenerte tan cerca, pero te aseguro
Ellie que estás equivocada completamente en lo que piensas de mí. Y quiero que
sepas que yo también quiero encontrar al asesino de Andrea y saber que será
castigado. También me dijo que deseaba reunirse conmigo para hablar tranquilos
donde y cuando yo quisiera. Noté que en el restaurante se había hecho un
silencio profundo porque todos nos estaban mirando e intentando escuchar lo que
estábamos diciendo, así que alcé mi voz a propósito y le respondí que el sitio
ideal podría ser en el escondite del garaje donde solían verse con Andrea y era
vuestro lugar favorito. Agregando: aunque el recuerdo de haber asesinado allí a
una niña de quince años te de mucha tristeza, incluso para la clase de persona
que eres. Puse un billete de 20 dólares sobre la mesa y Rob lo tomó y lo puso
en el bolsillo de mi saco, diciéndome que ellos tenían cuenta allí y que
siempre que acudiera a ese lugar me considerara su invitada. Me dijo que fuera
con mis amigos… pero luego se agachó y en voz muy baja agregó: si es que te
queda alguno. Saqué el billete de mi bolsillo, se lo dí a la camarera y me
retiré del lugar.
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