Hay que mantener viva la pasión en la pareja y para ello, para no caer en el aburrimiento sexual, es necesario experimentar y hacer innovaciones en el sexo.
Pero es necesario que conozcamos cuáles son nuestros límites y el de nuestra pareja. Saber dónde queremos parar, es fundamental... Pero tal vez esos límites no existan . Entonces... ¿todo vale? No está mal.
Si nos dejamos llevar por la pasión, lo que ocurre con una pareja dentro de cuatro paredes, está todo bien y la verdad que en la cama sólo deberíamos regirnos por la pasión...la razón debe ser dejada de lado. Si lo que allí ocurre es bueno para ambos, no es ni inmoral ni tendrá nada de malo. Obviamente que hablamos de una relación dentro de los parámetros normales y sin rasgos patológicos.
Cuando tenemos relaciones sexuales debemos expresar con nuestro cuerpo todo lo que no podemos expresar verbalmente. Es la oportunidad de amalgamarnos para dar y recibir placer.
La relación sexual no debería ser un acto aislado, sino la consecuencia lógica de un sentimiento mutuo, el amor... y en el que cada uno tiene todo el permiso para complacer al otro, brindándole lo mejor de sí y pretendiendo y esperando recibir lo mismo de la otra parte.
Sin embargo, la vorágine en la que nos vemos envueltos cotidianamente, a veces hace que este aspecto en la pareja quede relegado a un plano no conveniente.
Este relegamiento nos lleva, en algunos casos, a tratar de cumplir con esa parte de la vida conyugal como si se tratara de un trabajo más que tenemos que hacer hacia el final del día. Visto bajo esa óptica, es evidente que le resta todo erotismo.
Lo lamentable es que a veces esto trae aparejado, por parte de alguno de los integrantes de la pareja, la aparición de un tercero y allí aparece el engaño o la infidelidad.
Todo lo dicho puede cambiar, si se trata de una pareja casual, en la que el sentimiento todavía no ha hecho su aparición. En estos casos es conveniente estar alerta porque puede tener un resultado poco feliz. Por el contrario, en un caso semejante pero con un fuerte grado de atracción, puede llegar a darse una relación muy intensa.
Debemos evitar que la sexualidad se atrofie y para ello es útil erotizar nuestro mundo, nuestros sentidos y buscar cosas nuevas, no solo en el sexo sino en todo, porque todo ello redundará en una más vasta sexualidad. Reconquistemos a nuestra pareja y hagamos que nos vuelvan a conquistar también a nosotras, porque ello, además de redundar en beneficio de ambos, será divertido. Y por último, empezar a entregarse para aprender a sentir nuevamente el contacto del otro, sin esperar el orgasmo como respuesta, puede ser un buen comienzo.
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