Hay parejas bien constituídas que ya están aburridas y no tienen más ganas de hacer nada; es más, están pensando en la posibilidad de separarse y comenzar una nueva vida, convencidas que la pasión se terminó y que lo que quedó es pura rutina.
En realidad lo que yo pienso cuando pasa eso, es que el aburrimiento no está presente solamente en la cama, sino en todos los actos de la vida misma dentro de ese núcleo familiar.
Es preciso, como en todas las cosas, mantener el interés. Las parejas deben compartir espacios, pero también es importante que cada uno disponga de espacios propios para no sentirse asfixiado ni presionado. Esos espacios no necesariamente tienen que ser para salir... pueden usarse para distenderse con amigos o simplemente para estar en su casa leyendo o desarrollando un hobby.
La parte sexual ocupa un papel sumamente importante a la hora de hacer un balance para saber si somos felices con nuestra pareja, de manera que el primer plano donde hay que modificar los intereses es justamente allí.
¿Y qué podemos hacer al respecto? Bueno... por ejemplo, podemos comenzar intentando volver a llamar la atención, como lo hicimos la primera vez que fuimos conquistados.
Si en algún momento la parte sexual fue placentera, intensa, divertida, orgásmica, tenemos que agudizar el ingenio para que vuelva a ser igual... o por lo menos que se acerque lo más posible.
Un buen recurso es empezar las manifestaciones afectivas bastante antes de irse a dormir. Es más, el juego puede comenzar a partir del momento en que se dicen buenos días. Obviamente estamos hablando de una pareja conviviente.
Los roces y los besos deben estar siempre a la orden del día. Son manifestaciones que predisponen bastante para llegar a una relación sexual deseada, de modo que una ambientación física previa puede lograr muy buenos resultados al llegar a la cama.
Otro buen recurso son los masajes, mutuos o por separado, sin aguardar la respuesta del orgasmo... sólo como un acto de amor y de entrega.
También es muy estimulante la comunicación y allí la seducción juega un papel muy importante. Nuestro propósito es claro, de modo que se deben poner en juego todas las fichas para lograrlo.
Es obvio que cuando existe un buen vínculo, ambos desean el bienestar del otro, por eso es importante hablar para enterarse de lo que quiere o necesita. Preocuparnos por satisfacerlo garantiza casi la felicidad.
El acto sexual con todo lo que ello involucra, es un acto pleno de pensamientos y sensaciones, donde la fantasía juega un papel casi preponderante. Necesitamos inventar escenarios o imaginarnos cosas, para acrecentar nuestra carga sexual. Ningún pensamiento nos debe parecer pecaminoso, si es válido para condimentar el encuentro amoroso.
Pero tengamos en cuenta esto... esas fantasías no deben ser llevadas a cabo, porque sino a partir de ese momento... dejan de ser fantasías.
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