¿El exceso de peso y el sexo son enemigos? En general los obesos no tienen ningún problema cuando llega el momento del sexo, pero puede traer inconvenientes de salud o estéticos.
Es frecuente escuchar que suelen evitar tener encuentros de ese tipo para no mostrarse... es una forma de ocultar su cuerpo... no les gusta que los vean desnudos.
En otros casos utilizan la gordura como arma para evitar una relación erótica, pero si profundizamos en el tema nos damos cuenta que la problemática es anterior a la obesidad.
Podemos añadir también que el peso excesivo es factor de riesgo cardíaco, más en el hombre que en la mujer, hasta que ésta llega a la menopausia, en el que los porcentajes de riesgo son casi parejos.
No es raro ver que a veces socialmente son discriminados, los dos sexos por igual, ya sea en los colegios, facultades, trabajos o incluso dentro del ámbito familiar. Esto repercute creando complejo de inferioridad, baja autoestima, depresión, desprolijidad personal y perjudica aún más el tema sexual, disminuyendo la líbido y la hipoactividad se pone de manifiesto.
En algunos casos dificultan las posiciones sexuales y no es raro que lleguen a la impotencia producto del desajuste general del organismo asociado al sedentarismo.
Si el peso supera el 25/30% se produce un esfuerzo extra del corazón. Si durante la relación sobrevienen palpitaciones o un fuerte dolor de cabeza, sobre todo a la altura de la nuca, el acto debería suspenderse para evitar un problema mayor.
Los tabúes que relacionan la obesidad con una disfunción sexual, deben ser desterrados. Se debe promover el diálogo y la comunicación que como en todos los casos erotizan y mejoran en general la relación.
El mejoramiento en la respuesta sexual los motiva a encarar tratamientos para descender de peso y esto los conduce a su propia revalorización, aumentando el placer sexual y mejorando su calidad de vida notablemente.
Es recomendable practicar estudios de cardiología y arteriales previo a la realización de cualquier actividad que implique un esfuerzo mayor al acostumbrado.
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