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viernes, 26 de febrero de 2016

Mi presentación de diapositivas

viernes, 5 de febrero de 2016

COMO FUNCIONA EL MISTERIOSO EFECTO PLACEBO


Cuando te duele la cabeza, eliges un analgésico, lo ingieres y a los tres minutos te sentís mejor. Eso es imposible porque el fármaco no tuvo tiempo de llegar a la sangre para producir el efecto. En estos casos podemos decir que el remedio actuó como placebo.
Se llama placebo a cualquier sustancia sin ningún principio activo, que administrándola como medicina demuestra poder curativo.
Entre las aplicaciones del placebo, está su uso para hacer ensayos clínicos. Se dividen a los participantes en dos grupos: a un grupo se le da el fármaco a evaluar y al otro una pastilla sin principio activo. Si se constata que la mejoría fue mayor en el grupo que tomó el fármaco, se habrá demostrado la eficacia del medicamento.
A efectos de evitar la sugestión, ni las personas que participan en el ensayo ni los propios médicos que intervienen, saben qué toma cada uno, pero todos ellos son conscientes que están participando en un estudio y la decisión de hacerlo es voluntaria.
Durante mucho tiempo se asoció el bienestar que puede producir un placebo, con la autosugestión y muchos, aún hoy, le atribuyen un efecto misterioso y casi mágico. Sin embargo se realizaron investigaciones en psicología y neurobiología que dieron como resultado evidencias esclarecedoras y sorprendentes.
1 - Existen tantos placebos como mecanismos de acción: La pastilla de azúcar es el típico placebo que se usa en los ensayos clínicos. Pero hay otros placebos. Por ejemplo el caso de quien se siente mejor luego de concurrir a la consulta médica o el que se siente peor después de recibir un mal diagnóstico que finalmente está equivocado.
2 - No actúa igual en todas las enfermedades: Según aseguran quienes saben, el efecto placebo es prácticamente nulo si se trata de un cáncer, pero muchos pacientes responden al placebo si se trata de un dolor. El efecto placebo está mayormente relacionado con las enfermedades mentales, patologías del sistema inmunológico y endocrino, como las alergias y la artritis y en procesos inflamatorios... es decir, se relaciona con afecciones asociadas a los circuitos cerebrales del dolor y la analgesia.
3 - Favorece la liberación de sustancias cerebrales, como las endorfinas: Un estudio pudo demostrar que el placebo liberaba dopamina (sustancia relacionada con el bienestar y el placer) en los enfermos de Parkinson. Los pacientes que participaban del estudio, respondían de la misma forma a una solución salina que al fármaco específico para la enfermedad. Generalmente se piensa que el placebo produce un efecto puramente psicológico. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que el placebo usa los mismos canales neurológicos que los medicamentos a los que imita y desata efectos bioquímicos que además de ser demostrables se los pueden medir. Por eso la persona, después de tomar el placebo, siente menos dolor,.. es porque su cerebro está produciendo endorfinas y realmente tiene menor percepción del dolor.
4 - Las expectativas influyen en el efecto: El efecto del medicamento, en cierta medida, se produce porque esperamos que funcione. Si no estamos conscientes de estar tomando un fármaco, éste no tendrá el mismo efecto. Por lo tanto si se aplica la misma dosis a personas con distinta expectativa de curación, el efecto no será igual. Es decir, creer firmemente que va a funcionar, forma parte del proceso de curación. También se descubrió que las píldoras de placebo rojas producen un efecto mucho mayor que las otras que no tienen color, que cuanto más grande son, tienen mucha más efectividad, que es mejor una inyección que una pastilla y, por supuesto, el efecto es mucho más impresionante, si el placebo consiste en ingresar en un quirófano. Esto dio lugar a muchas polémicas, sin embargo se pudo demostrar la efectividad de la cirugía placebo, en la que llevan al paciente al quirófano, lo anestesian y le practican nada más que una incisión. Y eso es todo.
5 - Otra clave es la respuesta aprendida: También se hicieron experimentos administrando un fármaco que funciona y en un momento determinado se sustituye por un placebo. Se ha comprobado que la respuesta y el beneficio es el mismo. Esto ha hecho pensar que un mayor conocimiento del efecto placebo, podría permitir su uso en enfermedades crónicas que no tienen tratamiento o que también podría reducirse la medicación que tiene fuertes efectos secundarios, sustituyéndola por el placebo.
Por supuesto que todos estos hallazgos no tiran la medicina por la borda. Lo que intentan demostrar es la clara asociación entre bienestar mental y físico. Dicho de otra manera: muchas veces las enfermedades y la salud se construyen en nuestra mente.
Fuente: Vivir Mejor
                                                                                                  Elsa Inés Bernardi Semino

miércoles, 3 de febrero de 2016

DISCERNIR ES UNA CAPACIDAD QUE NOS AYUDA A CRECER



Existen dos caminos a seguir a medida que crecemos: uno sería repetir las reglas, conductas y sentencias que nos enseñaron como correcto o bueno y otro es desafiarnos a discernir personalmente y basándonos en nuestra propia experiencia, qué es, en cada momento, lo que más nos conviene hacer para obtener buenos resultados.
Discernir es tener la facultad de distinguir una cosa de otra, es tener pensamiento crítico. Es lo que diferencia la sabiduría de la ignorancia, por lo tanto, aplicarlo en todos sus aspectos a la vida diaria, es uno de los desafíos más productivos e interesantes.
Para comenzar, podríamos decir que un gran discernimiento podría ser distinguir entre lo bueno y lo malo. Otro podría ser diferenciar lo justo de lo injusto. Podríamos seguir, distinguiendo lo esencial y lo accesorio, lo verdadero y lo falso, lo egoísta y lo altruista, lo útil y lo inútil.
Estas acciones están directamente relacionadas con nuestras vivencias, porque las decisiones son acciones, transformadas de acuerdo a nuestros pensamientos.
Por ejemplo, si consideramos que para ser feliz hay que tener dinero y poder, no veremos que en la vida hay muchísimas otras cosas para disfrutar, más importantes que eso. 
Ser compasivo con uno mismo, atenderse, cuidarse, alimentarse con comidas sanas, descansar bien, higienizarse, es discernir entre lo más o menos conveniente.
Hay que diferenciar entre los deseos constructivos y los que no lo son. Desear cosas puede ser bueno porque nos motiva a lograr algunas metas, pero no debemos intentarlo a cualquier costo. Hay que tener cuidado de no caer en la intolerancia, la avaricia, la envidia, la ira o la codicia de bienes ajenos. 
No debemos creernos ni por encima ni por debajo de los demás. Son dos polos opuestos. En uno impera el orgullo y en el otro la baja autoestima y cualquiera de los dos extremos impiden nuestro crecimiento. Debemos buscar un equilibrio entre lo que somos y lo que nos gustaría ser y para ello hay que aceptar las limitaciones que uno tiene y aprovechar al máximo nuestras capacidades. 
Por eso es indispensable distinguir entre lo importante y lo secundario, porque nuestras conductas y acciones las haremos de acuerdo a ello y así nuestras experiencias podrán ser satisfactorias o frustrantes.
Se podría afirmar que un buen discernimiento se basaría en no causar daño a ningún ser viviente y estar alerta para ayudar a quien lo necesite, si se presenta la oportunidad. 
Las tres cualidades indispensables para enfrentar la vida diaria, con aceptación y paz, son: la voluntad, la sabiduría y el amor. Si intentamos hacer y dar siempre lo mejor de nosotros mismos, construiremos el bienestar nuestro y el de todos aquellos que nos rodeen.
Fuente "Vivir mejor"
                                                                                                     Elsa Inés Bernardi Semino