No basta que un recién nacido vea cubiertas sólo las necesidades de alimentación, higiene, cuidados. Debe contar también con genuino afecto porque su falta le puede ocasionar depresión, retraso evolutivo y hasta la muerte.
No se puede prescindir del amor para un desarrollo mental sano.
Un niño recibido en un hogar institucional, luego de unos días comienza a llorar y más tarde cae en un estado muy parecido a la depresión de una persona adulta.
Solamente la presencia materna lo estimula y si ella es partícipe de sus regocijos, aumenta el placer del bebé.
En 1992, la neurología descubrió que los bebés que tenían un lazo muy sólido desde el momento de su nacimiento, presentaban un desarrollo en sus redes neuronales mucho más consistentes que aquellos niños que han sido abandonados o que se han criado en instituciones con carencia de afecto.
La neuroplasticidad es la parte de la neurociencia que explica que las experiencias del entorno son las que forman o deforman definitivamente el cerebro.
Es sabido que los bebés nacen absolutamente indefensos y sobreviven sólo si son asistidos por un adulto. Pero además de los cuidados primarios que requiere, lo más importante es brindarle cuidados emocionales...que lo quieran, que lo cuiden, que lo atiendan y le respondan si siente angustia o miedo.
Si carece de todo eso, su estructura psíquica no se desarrollará madurativamente y será inconsistente. Será de una personalidad vulnerable y frágil.
El momento de la vida en el que el ser humano más aprende, es en el primer año de vida. El cerebro multiplica su tamaño por tres y es cuando se crean las bases de las conexiones de neuronas más importantes para el desarrollo futuro.
Aunque parezca increíble vínculos negativos o agresivos pueden dañar ese complejo diseño neuronal del cerebro y en consecuencia la mente.
El niño llega al mundo en situación de desamparo e indefenso. Este sentimiento es revertido inmediatamente al nacer cuando pasa a los brazos de su madre. Allí se siente contenido y la relación y el contacto permanente le transfieren una base segura de sostén, que le permitirá al niño un crecimiento sano.
En definitiva, los esquemas mentales que pueda construir un niño para vincularse satisfactoriamente con los demás en un futuro y desarrollar su propia identidad, dependerá del cuidado recibido a partir del momento de su nacimiento.
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