Al día siguiente tenía una entrevista con Christopher Cassidy. Rob
había tenido una pelea importante con él en el colegio cuando ambos tenían 14
años, así que su testimonio era muy importante para mí página web. Tuve que
rentar un auto porque el mío estaba averiado. Cassidy me pareció una persona
muy amable, talentosa y me trató con inmensa cortesía. A las tres y media ya
estaba regresando de Boston y había comenzado a nevar.
Llegué al hostal a las once y media de la noche, justo cuando comenzaba
a sonar mi celular…. era la llamada que estaba esperando. El hombre me llamaba
para establecer una cita. Yo le tenía que dar cinco mil dólares y a cambio él
me diría el nombre de pila de la persona que Rob le había contado en la prisión
y se había jactado, de haber asesinado. .
Cuando atendí lo noté excesivamente alterado… parecía que lo habían
descubierto y tenía miedo que la gente de Rob lo matara. Dijo que en ese mismo
momento me daría el nombre de la víctima, aún antes de cobrar los cinco mil
dólares pactados, por cualquier cosa que le pasara… Yo le juré que no faltaría
a mi palabra. Insistió en que si algo le sucedía no dudara en acusar a Rob de
su asesinato. Me dijo que las palabras habían sido: “maté a golpes a Phil y fue
estupendo”. Phil es el nombre. Y cortó la comunicación.
Tenía el nombre, pero… ¿por dónde empezar? Decidí pedirle colaboración
a Marcus Longo, que en definitiva era investigador privado. Accedió a prestarme
ayuda no sin antes recomendarme que abandonara la idea de mi página web y de
todo lo que estaba llevando adelante, porque era peligroso.
Cuando regresé al hostal, mi hermanastro me estaba esperando en el
salón de entrada. No me hizo ninguna gracia verlo allí parado. Me dijo que mi
padre no sabía que había venido a verme y que lo había hecho porque quería
conocerme. Al igual que Marcus, me pidió abandonar lo que estaba haciendo y me
dijo que si necesitaba ayuda no dudara en pedírsela a él.
Cuando se fue volví a mi habitación y me dediqué a escribir. Marcus me
llamó y me contó que la familia de Rob también había abierto una página en
internet para competir, de alguna manera, con la mía. Se llamaba “Comité de
Apoyo a Rob Westerfield”, comap-rob.com.
El sábado por la mañana fui a ver a Paulie, que continuaba internado
luego de intentar suicidarse cortándose las venas. No estaba para nada bien
porque tenía una infección en los brazos y por la fiebre deliraba. Me quedé
apenas un rato muy corto y cuando estaba saliendo oí que Paulie le decía a su
madre: Mamá, suponte que me olvido y les hablo del medallón que llevaba….
Intentaré no decir nada pero si me llego a olvidar, por favor no permitas que
me metan en la cárcel.
Ellie quedó muda de asombro. Era remotamente posible que durante todo
ese tiempo hubiera estado equivocada? Sería posible que hubiera sido todo obra
de Paulie? Había sido Rob y toda su familia víctima de un terrible error de la
justicia? Absolutamente nadie creía que Rob le hubiera regalado un medallón a
Andrea y la única persona que lo sabía tenía terror de admitirlo en público.
Cuando llegué al hostal eran las cuatro y media pero ya estaba
oscureciendo. El estacionamiento estaba lleno de autos y tuve que estacionar
alejado de la entrada. Cuando iba hacia allí me pareció que me estaban
siguiendo y comencé a casi correr, hasta que caí de boca y me apoyé sobre mis
manos que llevaron la peor parte. Cuando me iba a levantar me quedé sin
aliento. El hombre se arrodilló instantáneamente a mi lado y me pidió que no
gritara y que no me iba a hacer daño.
Cuando le pregunté, con el hilo de voz que me quedaba, qué quería? me
dijo que tenía información para proporcionarme de Rob y que me la quería
vender.
Comenzó diciendo: ud.sabe que dispararon y dieron por muerta a la
abuela de Rob hace como veinticinco años atrás… eso lo escribió ud. en su
página web. Bueno, a mi hermano le dieron veinte años de cárcel por hacer ese
trabajito planeado por Rob. Nos contrató a mi hermano y a mí para hacerlo,
porque estaba metido en drogas y le debía dinero a un montón de gente y tenía
miedo que su abuela lo desheredara.
Yo le quiero vender el plano que nos dio Rob a mi hermano y a mí, para
poder ingresar a la casa y llegar fácilmente a la caja fuerte. Se me ocurrió
decirle que con esa prueba el abogado de su hermano podría haber llegado a un
acuerdo con el fiscal ¿o será que el abogado de su hermano lo vendió? Así es, me
dijo, es ese Dr.Hamilton que sale por televisión diciendo que va a conseguirle
a Rob un nuevo juicio y su absolución.
Cuando volví a mi habitación tenía un mensaje de mi amiga Joan para
invitarme a cenar junto a su familia al restaurant Il Palazzo.
En el transcurso de la cena me pareció ver que Joan miraba con
preocupación hacia el bar. Mientras tomábamos el café me dijo que Will Nebels
estaba en el bar desde antes de que llegara yo al lugar y que venía hacia
nuestra mesa visiblemente borracho.
Will era el testigo gracias al cual a Rob le habían otorgado el
beneficio de la libertad condicional. Recordé aquél episodio cuando Joan me
dijo: “Andrea y yo siempre decíamos que era demasiado cordial, por no decir que
era un degenerado. No te imaginás lo fuerte que nos abrazaba a tu hermana y a
mí cuando nos encontraba por la calle y no había nadie alrededor. Era un
borracho… y la que le gustaba realmente
era tu hermana Andrea” y mi respuesta había sido: “Qué querés decir Joan? Que
todo lo que declaró Will es mentira? Le habrán pagado los Westerfield para que
mintiera tan descaradamente”
Pero antes de que pudiera reaccionar sentí sus brazos alrededor de mi
cuello y me dio un beso baboso en la mejilla… y mientras hablaba me seguía
besando la oreja y la nuca. Yo estaba paralizada y Leo le gritó que sacara sus
manos de encima de mí. Nebels apoyaba todo su cuerpo sobre mí. Los brazos
estaban sobre mis hombros y las manos las estaba deslizando por debajo de mi
pullover…. Y mientras esto ocurría decía: “y la pequeña Andrea… vi con mis
propios ojos que el subnormal de Paulie entraba con el gato en el garaje…”
Mi silla empezó a inclinarse para atrás hasta que los hombres de las
mesas cercanas corrieron a ayudarme para enderezar mi silla antes que cayera al
suelo y a Will se lo llevaron por la fuerza
Cuando la miré a Joan casi adiviné lo que estaba pensando. “Ellie,
comprendes ahora lo que te dije de Will? Él mismo admitió haber ingresado esa
noche en la casa de la señora Westerfield. ¿Qué supones que hubiera hecho si
vio entrar sola a Andrea en el garaje?”
Insistí en volver sola a mi casa pero después me arrepentí, porque noté
que me estaban siguiendo. Llamé a la policía y pedí que me mandaran una
patrulla. Me pidieron que condujera muy despacio que ellos me seguirían de
cerca para llegar todos juntos al hostal. Estacioné a un lado del camino de
entrada. Detrás de mí estacionó la patrulla y sonriendo me dijeron que quien me
estaba siguiendo era mi hermano, para asegurarse de que regresaría sana y
salva. ¡Por favor, díganle que se vaya, grité! Pero por lo bajo dije: pero no
olviden de darle las gracias!
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