NOTA

TEN EN CUENTA QUE SI HACES CLICK EN ALGUNO DE LOS TITULOS DE NARRACIONES EN CURSO O NARRACIONES COMPLETAS, PODRAS VER TODOS LOS CAPITULOS JUNTOS DEL MISMO LIBRO, UNO A CONTINUACION DEL OTRO.

martes, 18 de junio de 2013

EL SECRETO DE LA NOCHE - ULTIMO CAPITULO



Me despertó el celular que había dejado sobre la otra almohada de mi cama. Era Pete, mi ex jefe, con quien había quedado en verme ese día. Coordinamos que me pasaría a buscar por el hostal a las 7 de la tarde. Me levanté, me duché y después de almorzar me fui a la peluquería para que me arreglaran las manos, ya que al caerme se me habían roto algunas uñas. Regresé a las cinco y media. En el salón estaba mi hermanastro Teddy, esperándome. Su cara no era la cara sonriente que yo había conocido… estaba enojado. Cuando nos alejamos de los presentes, Teddy me dijo que habían leído con su padre lo que había escrito en mi página web. Insistia en que debía parar con eso y que ahora más que nunca debía cuidarme y que ellos también lo harían porque estaba poniendo en peligro la vida de todos… nunca se sabía de qué era capaz Rob Westerfield. Me pidió que fuera a vivir con ellos a su casa o por lo menos que me mudara a un hostal donde nadie conociera mi paradero excepto ellos. Le prometí que me cuidaría y le avisé que esa noche saldría con Pete y que por favor no me siguieran ninguno de los dos porque estaría muy bien cuidada.

Pete había reservado mesa en Cathryn’s. Luego de haberme repasado todo lo que había hecho desde que yo me había marchado, le conté mi historial desde el momento que había llegado a mi pueblo natal, incluída la visita última de mi hermanastro. Pete coincidía con los temores que albergaba mi padre y me ofreció su departamento en Nueva York para alojarme allí el tiempo que quisiera, ya que él iría a Chicago y no estaría hasta el sábado. Lo acepté sólo por unos días. Cuando salimos me acompañó hasta la puerta del hostal e ingresó conmigo. Habló con el conserje y consultó si alguien había preguntado personalmente o por teléfono por mí. Nos avisaron que había llamado Marcus Longo y la señora Hilmer. Cuando nos despedíamos me confesó que se había puesto en contacto con mi padre y con mi hermanastro y me dijo que él se sumaba a la petición de ellos respecto a que no podía seguir llevando adelante lo que estaba haciendo sola.

Llamé a la señora Hilmer, que no había podido recordar nada respecto al nombre Phil. Luego llamé a Marcus y le conté que me mudaba a Manhattan. Recordé que no había hablado con la madre de Paulie y no sabía si ya le habían dado el alta, así que decidí llamarla. Me enteré que aún estaba internado y también me dijo que necesitaba hablar nuevamente conmigo, así que le dije que a la una estaría por allí. Cuando me estaba preparando para mi salida, recibí un llamado de Joan para invitarme a almorzar. Me excusé porque ya tenía el compromiso para ir a visitar a Paulie.

Cuando llegué al hospital estaba lleno de gente, reporteros y cámaras… la abuela de Rob había sido internada de urgencia, víctima de un infarto. La noche anterior su abogado había declarado ante los medios de comunicación, que la señora Westerfield, en un inesperado cambio testamentario, legaba su fortuna a una fundación caritativa que la administraría los próximos diez años. La declaración de la señora continuaba que dejaba pequeñas cantidades a su hijo, amigos y criados y que a su nieto le dejaba solamente un dólar. Una mujer que estaba allí contó que en el momento de firmar su declaración, mandó llamar un pastor, un juez amigo y un psiquiatra, para que atestiguaran que sus facultades mentales estaban en perfecto estado. No tuve ninguna duda que el cambio del testamento al igual que el infarto se había producido como consecuencia de la divulgación de mi nota en la web.

Cuando llegué a la habitación de Paulie, su madre me esperaba en la puerta. Paulie lucía sonriente y se lo veía mucho mejor que la vez anterior. Cuando llegué me volvió a relatar la historia del medallón pero agregó algo: Ellie, las iniciales ya estaban grabadas cuando yo encontré el medallón… Rob no lo mandó a grabar.

Ellie se puso pálida… no puede ser, Paulie, encontraste el medallón en mayo y Andrea conoció a Rob en octubre.

Te digo que ya estaban grabadas… estoy seguro… eran A y R con una muy bonita letra.

Cuando salí del hospital tenía la sensación de que todo se me estaba yendo de las manos. Cuando llegué al hostal subí a mi habitación y al poco de llegar sonó mi celular. Era la señora Hilmer, que me llamaba para decirme que había recordado dónde había leído ese nombre… Fue en alguno de los diarios viejos que me diste para fotocopiar en la biblioteca… y no se trataba de un hombre, sino de una joven a quien sus padres llamaban Phil. El diario anunciaba que había sido víctima de un homicidio. Ellie no salía de su asombro. Había sido capaz de asesinar a una chica! Y decidí revisar todos los periódicos ayudada por la señora Hilmer. A las seis de la tarde me levanté para estirar mis piernas, sin haber encontrado nada de lo que buscaba. Encendí la televisión y me enteré que a las tres la abuela de Rob había fallecido. A las siete encontré el anuncio en el diario. Era un recordatorio de sus padres en el día de su cumpleaños número 18. Su nombre era Amy P. Rayburn. La A y la R se correspondían con las iniciales del medallón y la P tal vez fuera la inicial de Phil. Si el medallón había sido de ella ¿había muerto seis meses antes que Andrea? Por la guía telefónica dí con el padre de Amy, que me confirmó que había fallecido seis meses antes que mi hermana Andrea y que el acusado de su homicidio había sido su novio Dan, que cumplió dieciocho años en prisión y se recibió de abogado mientras cumplía su condena.

Decidí publicar en mi página todo este episodio relacionado con Phil. A juzgar por lo que me habían contado sus padres, había muchas posibilidades que el asesinato hubiera sido cometido por Rob y no por Dan.

Sabía que esa publicación comprometería mucho más mi vida que antes, pero estaba dispuesta a hacerlo. Cuando lo publiqué, cerré mi PC, recogí todas mis cosas y me dispuse a abandonar el hostal rumbo al departamento de Pete en Nueva York. Antes de salir recibí un llamado de un ama de llaves que había tenido Rob en su juventud y que se mostró dispuesta a ayudarme porque según me dijo lo despreciaba. Me confirmó que en oportunidades solía usar una peluca rubia y se hacía llamar Jim. Le ofrecí comprársela y me dijo que me la daría si eso ayudaba a determinar la culpabilidad de la muerte de Phil.

Quedamos en encontrarnos en un hotel que distaba quince km de donde yo estaba. Cuando salí había comenzado a llover pero en el transcurso empezó a nevar. Me costaba ver la carretera. Cuando miré el cuentakilómetros ví que había recorrido dieciocho km y el hotel no estaba por ningún lado. Tampoco se veía ningún auto en ningún sentido. Decidí girar con mucho cuidado para regresar. En ese momento unos focos en el techo de un auto me enceguecieron. Pensé que era la policía. El auto se detuvo a mi lado y cuando bajé la ventanilla me topé cara a cara con Rob Westerfield, quien burlándose me decía: “Era desagradable conmigo… imitando la voz de Rosita, el ama de llaves falso que ideó para llevarme a esa trampa. A su lado estaba el hombre que me había amenazado en el estacionamiento de la estación ferroviaria de Sing Sing. Sin saber qué hacer, apreté el acelerador y vi que me rodeaba un bosque y que el camino se iba angostando cada vez más. El auto patinó. Ellos se ponían a la par y me chocaban por detrás y por los costados. Finalmente aceleraron y sacaron mi coche de la carretera. El auto giró y cayó por un barranco directo a un conjunto de árboles a unos nueve o diez metros de distancia, dando varias vueltas y se estrelló a un árbol. El parabrisas se hizo añicos. Me dolía todo pero me dí cuenta que no tenía heridas graves. De pronto me dí cuenta que no estaba sola. Muy cerca de mí oí una respiración y una risita, igual a la que había escuchado en el garaje cuando era niña. Intentó golpearme con un gato pero le dio al respaldo del asiento. Me atajé esperando el segundo golpe y en ese momento el gato cayó de sus manos y lo ví a Rob que salía volando, atropellado por un auto que a toda velocidad había bajado por la pendiente. Ví arriba las luces de los coches policiales iluminando la zona. El auto que había llevado por delante a Rob, era conducido por mi padre y mi hermano estaba a su lado.

UN AÑO MAS TARDE

Me enteré que mi padre y Teddy me siguieron todo el tiempo desde que salí del hostal. Cuando me equivoqué de camino, mi padre llamó a la policía para saber si el auto que iba detrás de mí era de ellos. Le dijeron que no.

Cuando mi padre atropelló a Rob le rompió ambas piernas, pero ya estaba curado cuando tuvo que ingresar a la sala del tribunal para ser juzgado por dos diferentes causas.  Se reabrió el caso de Phil, la joven asesinada 6 meses antes que Andrea. Cuando registraron el piso de Rob, encontraron los trofeos que guardaba de todos los crímenes cometidos. Además tenía un álbum con los recortes de los periódicos sobre Andrea y Phil. Rob fue condenado por la muerte de Phil y por intentar asesinarme también a mí. Le aplicaron 113 años de condena.

Will Nebels, gracias a cuya declaración Rob salió en libertad condicional, aceptó que había sido sobornado para declarar en contra de Paulie. El abogado Hamilton, defensor de Rob, fue expulsado del colegio de abogados y cumple una condena. Mi libro fue publicado y se vendió muy bien. Hace tres meses me casé con Pete, mi jefe. Mi padre fue mi padrino. El círculo tardó en cerrarse pero lo ha hecho y doy gracias por ello.


No hay comentarios:

Publicar un comentario