El miedo a operarse, al dolor, a la anestesia, a no despertar, son temores que tenemos los adultos antes de someternos a una intervención. Y es así... una operación puede provocar miedos. El temor surge cuando hay situaciones en las que puede estar en riesgo la vida. Pero también puede aparecer en intervenciones simples, de rutina, pero que nos generan mucha ansiedad. Miedo a que le den mucha anestesia, a dormirse más tiempo del debido, a sentir dolor mientras te operan y a veces hasta a pensar en la muerte.
Sin embargo debemos saber que la anestesiología es la rama de la medicina que más avances tuvo en los últimos veinte años. Actualmente hay mecanismos de monitoreo que permiten tener niveles de alerta muy precozmente, lo cual hizo que aumentaran mucho los márgenes de seguridad y sólo un caso en trescientos mil puede tener complicaciones graves.
En cambio, los principales temores que tienen los niños cuando tienen que ingresar a un quirófano, es a separarse de sus padres, al abandono, a la pérdida de partes de su cuerpo y a los pinchazos o inyecciones.
El temor es universal... siempre hay miedos manifiestos u ocultos. Su magnitud no está para nada relacionada con el tipo de operación de que se trate. Está más bien relacionado con el tipo de personalidad de cada uno.
La información es fundamental, porque el miedo primario es a lo desconocido. Actualmente existe la psicoprofilaxis quirúrgica... es una psicoterapia breve y focalizada, donde se abordan fantasías y temores que tiene la persona próxima a ser intervenida quirúrgicamente. También se trata el tema post-operatorio y las expectativas según sea la operación de que se trate. Se ha comprobado científicamente que el sistema inmunológico responde más favorablemente cuanto más tranquila y relajada va la persona a operarse.
Atravesar una intervención quirúrgica genera gran estrés, no sólo al paciente sino también a toda la familia, porque todos se verán involucrados en esa situación, con distintos grados de vulnerabilidad.
Por eso, la psicoprofilaxis quirúrgica también toma en cuenta el estrés emocional al que se someterán los seres queridos del paciente.
Para preparar a los niños ante una operación, los especialistas trabajan conjuntamente con ellos y con sus padres y en sesiones separadas. Los más chicos utilizan juegos, dibujos y cuadernillos donde dejan plasmadas sus incertidumbres. Los más grandes explican sus sensaciones con palabras.
En las entrevistas sucesivas se trabaja con el niño y con sus padres. La terapia incluye un recorrido por todos los lugares del hospital donde estará el paciente cuando se opere, según de qué tipo de cirugía se trate. También incluye una entrevista posquirúrgica para observar la evolución del paciente o acompañarlo en su internación si así lo requiere la cirugía.
Testimonio: Janina, de 35 años de edad, tuvo que ser operada de sus cuerdas vocales por un pólipo. La intervención en sí no involucraba riesgos... sólo requería el reposo necesario porque al ser docente debía cuidar su voz. Temía los efectos de la anestesia. Decidió junto con su médico hacer terapia para llegar al momento de la operación lo más relajada y preparada posible. En las sesiones trabajaba con la localización de los miedos que tenía y vivenciar que nada era tan grave como ella lo estaba sintiendo y viviendo. Gracias al profesional, encontró la manera de conectarse con aquello que la hizo sentir tranquila y llegó felizmente al día de su intervención, que obviamente fue exitosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario