NOTA

TEN EN CUENTA QUE SI HACES CLICK EN ALGUNO DE LOS TITULOS DE NARRACIONES EN CURSO O NARRACIONES COMPLETAS, PODRAS VER TODOS LOS CAPITULOS JUNTOS DEL MISMO LIBRO, UNO A CONTINUACION DEL OTRO.

jueves, 27 de junio de 2013

CINCUENTA SOMBRAS MAS OSCURAS - CAPITULO 2


 
 


Fuimos a almorzar a un restaurant. Al salir, Taylor nos estaba esperando en la puerta para llevarnos de regreso a Seattle. Abordamos el auto. No usamos el helicóptero para volver. Cuando encaramos el viaje, Christian se me plantó y me dijo directamente que él quería continuar con nuestra relación pero que necesitaba saber qué tipo de sexo quería yo, porque se dio cuenta que el sexo pervertido no me gustaba.
 
Sin embargo, para mi sorpresa, me escuché diciéndole que a mí me gustaba su perversión sexual. Que en realidad lo que me molestaba era no poder tocarlo… y, sobre todo, que me hiciera daño y disfrutara con mi dolor. Le dije que no me gustaba que usara conmigo todas esas cosas que tenía en el cuarto de juegos. Añadí que tampoco quería estar ceñida a ninguna norma y acepté, aunque sonrojándome, que estaba dispuesta a recibir unos azotes si eran con la mano. Le aseguré que estaba en condiciones de soportar algo de dolor, pero que no me malentendiera.
 
Para mi asombro, se sinceró diciéndome que se había dado cuenta que me necesitaba más que a todas las cosas que él había antepuesto a nuestra relación.
 
Por mi parte le aseguré que aunque puse todo de mí para complacerlo, que era lo que más quería, había sido muy duro y no lo había soportado.
 
Me senté sobre sus piernas y me abrazó fuertemente. A Taylor le había pedido que se pusiera dos tapones en los oídos (o tal vez fueran auriculares).
 
Permanecimos abrazados y entonces empezó a hablar. Me dijo que no soportaba que lo tocaran… que había tenido una infancia terrible… que no recuerda que su madre le hubiera pegado pero sí, tal vez el proxeneta de turno.
 
Sabe que cuando al fin su madre logró matarse, estuvieron los dos juntos en ese lugar durante cuatro días, hasta que alguien los encontró y avisó a la policía.
 
Así abrazados me quedé dormida. Cuando me desperté estábamos llegando a Seattle… más precisamente a mi casa.
 
Al ver que íbamos hacia allí le pregunté porqué no íbamos a la casa de él y me respondió que para volver a tocarme iba a tener que escuchar que yo se lo suplicara y que además le dijera exactamente qué quería que me hiciera.
 
Cuando bajé del auto, Christian descendió conmigo y abrió el baúl del coche. Sacó un paquete grande de allí y me lo entregó diciendo que era un regalo pero que debía abrirlo cuando ya estuviera dentro de mi casa.
 
Me acompañó hasta la puerta y me besó apasionadamente… comenzó en mi frente, se detuvo en mi boca y continuó hasta mi cuello.
 
Cuando entré a casa abrí el paquete y descubrí mi MacBook Pro, el BlackBerry y un IPad con un mensaje diciendo: Anastasia, la música que hay aquí dentro, dice todo lo que quieres oir. Christian. Inmediatamente le mandé un email para agradecerle tan hermoso regalo.
 
Al día siguiente fui a la oficina. La jornada se me hizo eterna. Cuando salíamos, Jack me dijo que los viernes acostumbraban ir a tomar algo al bar de enfrente y me invitó para ir con todos ellos. Por una razón que todavía no sé cuál es, le dije que iría. El bar casualmente era Fifty’s, donde acostumbraba a ir casi a diario Christian o sea que seguramente nos encontraríamos allí más tarde.
 
Cuando salí se me acercó una jovencita con aspecto de fantasma, descuidada, muy pálida y con ropa dos talles más grandes. Me preguntó si era Anastasia Steele. Ante mi respuesta afirmativa me dijo que sólo quería conocerme y añadió como preguntándose a sí misma: ¿qué tiene ella que no tenga yo?. Cuando me interesé por saber quién era, me dijo: yo no soy nadie… y cuando alzó el brazo para saludarme e irse, ví que tenía la muñeca vendada. El episodio me dejó mal… estoy segura que eso tenía algo que ver con Christian.
 
Cuando llegué al bar me acerqué a la barra donde estaban reunidos mis compañeros con Jack. La cerveza que le había encargado a mi jefe ya estaba esperándome. Cuando Jack se inclinó demasiado a mí, sentí un brazo que me rodeaba los hombros. Era Christian, que sin esperar que lo presentara, le dijo: encantado, soy Christian, su novio y me sugirió retirarnos. Taylor nos estaba esperando en el Audi.
 
Christian se mostró abiertamente celoso de Jack, mi jefe y no paró de tirarme indirectas. Finalmente me dijo que no aceptara ningún tipo de acercamiento y que en tal caso le avise porque iría a parar a la calle. Mis ojos se salieron de las órbitas. No podía creer lo que me estaba diciendo. Christian Grey había comprado la empresa para poder controlar el accionar de Jack y el mío propio. Me indignó esto que había hecho. Sentí que estaba interfiriendo en mi carrera profesional. Afortunadamente el viaje no demoró y Taylor estacionó en la puerta de mi departamento. Me bajé rápido y oí que Christian le dijo a Taylor que lo esperara. Discutimos en la calle parados antes de entrar. Por un momento se inclinó para besarme pero en cambio me olió el pelo profundamente. Finalmente y con una media sonrisa que me tienta para comerle la boca, me increpa: Anastasia ¿me vas a permitir entrar o no. Intenté hacerme la enojada pero no me salió. Christian giró, ví que le hizo una seña a Taylor y el Audi partió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario