Esta enfermedad es crónica y tiene origen a partir de que el páncreas no produce la insulina suficiente o nuestro organismo no la usa con eficacia. Si no se la controla como se debe, a lo largo del tiempo puede dañar muchos órganos y sistemas, sobre todo los vasos sanguíneos y también los nervios.
Según la OMS la diabetes es una de las enfermedades que más muertes causa en América y estiman que aproximadamente 347 millones de personas en el mundo padecen esta enfermedad y que podría duplicarse hacia el año 2030.
Es interesante saber que el 50% de las personas desconoce padecer la enfermedad.
La hormona que regula el azúcar en la sangre es la insulina. Una diabetes descontrolada provoca aumento de azúcar en la sangre (hiperglucemia) y puede dañar con el tiempo los vasos sanguíneos y los nervios.
A la diabetes tipo 1 se la llama también insulinodependiente. La producción de insulina es deficiente y por lo tanto se debe inyectar diariamente esta hormona. Por el momento no se la puede prevenir por no se conoce la causa. Los síntomas son orina excesiva, sed, mucho apetito y constante, pérdida de peso, cansancio y problemas en la vista. Todos estos síntomas pueden hacer su aparición de un día para el otro. Se la llama también de inicio en la infancia o juvenil.
La diabetes tipo 2 se inicia en la edad adulta y no es insulinodependiente. El motivo es un uso de la insulina ineficaz. Exceso de peso y sedentarismo pueden ser algunas de las causas. Los síntomas son similares a la del tipo 1 pero no tan intensos. La diferencia con la diabetes 1 es que se puede prevenir.
Entre un 30 y un 50% de personas que la padecen lo ignoran por años y cuando lo hacen ya tiene lesionados algunos de sus órganos.
La diabetes gestacional aparece por vez primera durante la gestación. Los síntomas son parecidos a los de la diabetes tipo 2 y se la diagnostica cuando se hacen los exámenes prenatales.
El último estado sería la intolerancia a la glucosa y glucemia alterada en ayunas. Son estados que están en el límite entre el estado normal y la diabetes. Los que padecen este estado tienen posibilidades de pasar del estado de normalidad a transformarse en un paciente de diabetes tipo 2.
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