Necesitábamos a alguien como Francisco en la Iglesia y en el mundo. Los enemigos que está acumulando en la Curia Romana son tantos, que por eso se lo llama "el Che Bergoglio" y también "demagogo sudamericano" Hoy 19 de junio se cumplen los 100 días de su pontificado. La verdad que está haciendo una revolución dentro de la Iglesia y la verdad que buena falta le hacía.
Además de sus anuncios sobre la corrupción y el lobby gay, también agregó que saldrá próximamente una encíclica escrita con Benedicto XVI. "Yo la recibí de él, que ha hecho un gran trabajo y lo estoy llevando adelante", dijo.
Es la primera vez que se da casi una convivencia de dos Papas en el Vaticano y también es la primera vez que Francisco le da todo el mérito a su predecesor, en la confección de la encíclica sobre la fe. Él ya está, sin embargo, preparando una totalmente suya, relacionada con la pobreza, que es la característica de su pontificado. También está dando un impulso increíble a la evangelización y millones de fieles se están acercando nuevamente a la Iglesia, capturados por su cautivante simpatía y por su estilo tan particular y diferente.
Comenzó una absoluta reforma en el Instituto para las Obras de Religión, designando número dos del banco oficioso de la Santa Sede, a un hombre de su más absoluta confianza, monseñor Battista Ricca.
Además del nombramiento de los ocho cardenales al comienzo de su pontificado, para ayudarlo a reformar la Curia Romana, ahora también quiere crear un consejo permanente de obispos para facilitar la cogestión.
El cardenal Bergoglio dijo "hay que limpiar la Curia", cuando partió de Buenos Aires con boleto de ida solamente porque fue elegido Sumo Pontífice.
Son numerosas las resistencias que tiene alrededor. Son muchos los que no quieren que nada cambie, pero a pesar de ello logró en muy corto tiempo dar vuelta la imagen desprestigiada que tenía la Iglesia en el mundo.
Logró convertir la hostilidad de los medios de comunicación, en admiración, por la puesta en marcha de la renovación.
Multitudes se acercan a la plaza San Pedro para escucharlo hablar, con su lenguaje directo y simple, atacando a quienes explotan a los pobres e indefensos y resaltando la misericordia de Dios y Jesucristo, que nos perdonan todo a nosotros, los pecadores, pero no así a los corruptos.
Francisco es un Papa austero y humilde y su actitud realza la imagen de la Iglesia y sirve de ejemplo para todos: laicos, sacerdotes, religiosas y obispos. Y también es el primero en dar el ejemplo cuando habla de una Iglesia pobre al servicio de los pobres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario