Las personas con este tipo de problemática en su personalidad, rechazan labores responsables sencillamente para no arriesgarse a tomar una decisión. Generalmente se trata de personas retraídas, inhibidas y con complejo de culpa.
Todas las personas, por lo general, somos bastante renuentes a los cambios. Las situaciones nuevas son incómodas para la mayoría, porque pueden exponer a la vista de todos nuestra inseguridad.... por eso preferimos aferrarnos a lo ya conocido.
La realidad es que sentir inseguridad y ser una persona insegura, son dos cosas muy distintas. En este último caso se manifiesta básicamente la falta de autoconfianza. Es algo bien visible en nuestro carácter.
Para buscar una definición se podría decir que es: sentirse incapaz para decidir algo por su propia cuenta. Además, si hay que hacerlo obligatoriamente, porque la situación así lo impone, esto nos generará estrés, ansiedad, tensión y miedo, y todo junto nos conducirá a un estado de sufrimiento importante.
La inseguridad no es algo innato... no nacemos inseguros.Este proceso de inseguridad se desarrolla en los primeros años de vida.
Un niño muy criticado en su infancia, crece inseguro. Su miedo a equivocarse es permanente, porque sabe que luego deberá tener que enfrentar las consecuencias.
Si lo miramos desde otro ángulo, podríamos decir que los errores son una oportunidad de aprendizaje y gracias a ellos podemos volver a intentar algo. Pero eso lo pensaría alguien muy seguro de sí mismo.
El inseguro está siempre desconfiando en el resultado de lo que está haciendo, porque se imagina que un posible error lo descalificará frente a todos los demás.
La desaprobación constante de las personas que lo rodean, suelen crear individuos proclives a la agresividad, porque sienten que el entorno les es hostil y la única manera que conocen para hacerle frente es la violencia.
El problema de la personalidad insegura también es bastante clásica en los casos de hijos únicos, que por lo general están sobreprotegidos. Los padres suelen tomar siempre las decisiones por ellos, razón por la cual cuando se encuentran en una situación que deben resolver, dudan porque como no están acostumbrados a hacerlo, temen equivocarse.
El otro extremo serían los niños con padres ausentes o indiferentes. La inseguridad crece con ellos porque no son valorados y no se sienten queridos.
Obviamente, quienes tienen una personalidad insegura, son sumamente dependientes, porque se sienten más cómodos recibiendo órdenes que decidiendo cosas... cuando deciden, existe la posibilidad de equivocarse.
No se trata de un problema que un adecuado tratamiento no pueda modificar.
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