Pasaron 22 años y Ellie continúa teniendo sentimiento de culpa por el
asesinato del que ha sido víctima su hermana Andrea.
Ella sabía muy bien dónde frecuentaba reunirse con sus amigos, sin
embargo dejó pasar muchas horas antes de decírselo a sus padres.
A pesar de haberse declarado inocente, Rob, hijo de la familia más rica
de la zona, fue condenado y enviado a prisión.
Ahora ha sido favorecido con la libertad condicional y él asegura poder
demostrar que no cometió el asesinato.
Ellie, sin embargo, está empeñada en confirmar que ha sido él y buscará
nuevas pruebas para inculparlo, pero lo que ella ignora es que hay alguien
dispuesto a impedir que eso ocurra.
Fuente: “El secreto de la noche” (Mary
Higgins Clark) – 1ª ed. – Buenos Aires – Plaza & Janés, 2003
Ellie tenía 7 años. Esa mañana despertó intuyendo que había pasado algo
malo. Recordó entonces que Andrea, su hermana mayor de 15 años, no había vuelto
a dormir a la noche.
Luego de cenar Andrea le dijo a sus padres que iría a casa de su amiga
Joan a preparar un exámen de matemáticas y que a las nueve estaría de regreso.
Sin embargo, como a esa hora no regresó, quince minutos más tarde su madre la
fue a buscar y le dijeron que se había ido de allí a las 8.
Su madre estaba muy preocupada. Al rato llegó el padre, que era
teniente de policía del estado de Nueva York y juntos empezaron a comunicarse
con sus amigas, pero nadie sabía nada de su paradero. El padre salió con el
auto a recorrer las calles para ver si la encontraba o alguien la había visto.
Estaba furioso pensando que les había mentido cuando les dijo que iba a casa de
su amiga a estudiar. Pero se notaba que era mayor la preocupación que el enojo.
Un rato después mandaron a Ellie a dormir y cuando despertó, a la
mañana siguiente, lo hizo con la esperanza de que su hermana ya estuviera de
regreso. Pero cuando entre corriendo a la habitación de Andrea vio que su cama
no estaba deshecha.
Bajo corriendo y en la cocina estaba su madre, vistiendo lo mismo que
el día anterior y con su cara congestionada de tanto llorar. La acompañaba su
vecina, que había estado con ella la noche entera. Ellie se abrazó fuertemente
a su madre. Le contó que su papá, junto con el personal policial, estaban
buscando a Andrea. La niña supo que ese día no iría al colegio.
Mientras estaba desayunando llegó su padre diciendo que no había
ninguna novedad.
Ellie pensaba que Andrea estaba escondida. Solía hacerlo cuando se
encontraba con Rob en su escondite. Seguramente se le había hecho tarde y
asustada por la penitencia que le impondría su padre ahora no se animaba a
volver.
Un día que salío con Rob, cuando en teoría debía estar en la
biblioteca, papá le había dicho que si volvía a mentir la sacaría de la banda
del colegio, que a ella le gustaba mucho. En otra oportunidad en que iba con
Rob en su auto, la policía lo paró por exceso de velocidad y vieron que ella
estaba a su lado. No pasó demasiado tiempo para llegar a oídos de su padre….ese
día le prohibió que continuara viéndose con él. Recuerdo su cara cuando le dijo
que ese chico rico era un malcriado y una manzana podrida
Ellos se escondían en el garaje, atrás de la mansión donde la abuela de
Rob acostumbraba a veranear. Ella iba allí con él o con sus amigas a fumar.
Ellie se había enterado porque un día que había quedado a su cuidado, la había
llevado allí.
La niña estaba segura que Andrea se había ido antes de la casa de Joan
para encontrarse con Rob. La noche anterior la había visto llorando cuando
cortó con él. Todo había ocurrido porque le había dicho que iría al baile con
Paulie y él se había enojado muchísimo. Mientras Ellie pensaba en ello,
terminaba su desayuno. Pidió permiso a sus padres para salir a dar un paseo por
allí.
Se habían mudado hacía dos años a un pueblo que estaba bastante más
alejado, para poder comprar una casa más grande. Esto conformaba a mamá pero no
asi a papá, que le gustaba más el lugar donde vivían antes. Había muy pocas
casas.
La propiedad de la familia Westerfield, los padres de Rob, estaba justo
detrás de la casa de Ellie.
Ni bien salió, la niña fue corriendo al escondite donde siempre iba su
hermana. Adentro estaba todo en penumbra. El garaje tenía lugar para 4 autos
pero en ese momento había solo una furgoneta de la abuela de Rob. El lugar
elegido para reunirse siempre, era precisamente al fondo, atrás de la
furgoneta, para no ser vistas si alguien miraba por la ventana. Cuando llegó
tuvo un poco de miedo y arrastrando los pies se dirigió hacia el fondo del
garaje y cuando se estaba acercando vio con alegría detrás de la furgonete, la
punta de una manta, lo cual significaba que estaban allí, porque nunca las
dejaban cuando se retiraban. Comenzó a llamarla en voz baja para no asustarla.
Seguramente se había quedado dormida porque no la escuchaba y ella veía su pelo
que sobresalía por debajo de la manta. Se arrodilló a su lado y destapó su
cara. Andrea tenía puesta una máscara como de goma y cuando se la retiró vio el
enorme hueco que tenía en la frente y el inmenso charco de sangre que había
debajo de ella.
Oyó a su alrededor la respiración fuerte de una persona y como una
especie de risa.
Muerta de terror se fue corriendo, gritando hasta llegar a su casa. Sus
padres al oírla salieron al patio y la vieron llegar con los brazos abiertos y
su cuerpo totalmente cubierto con la sangre de su hermana.
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