Japón está en el primer puesto en el listado de países más longevos del mundo. La esperanza media de vida que tienen es de 82 años.
Las investigaciones apuntan que lo que ha hecho que la población nipona fuera tan sana, ha sido un sistema de salud ejemplar, garantizando a todos los ciudadanos una asistencia básica que está enfocada en la prevención.
Los japoneses van al médico, en promedio, trece veces al año. Además, hay algunas empresas japonesas que financian revisaciones médicas para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas y detectar el cáncer en su faz más temprana.
Esta preocupación por la salud está arraigada en una tradición cultural.
El Reiki es una de las siete disciplinas japonesas de la salud, que contribuye a prevenir enfermedades, a la armonización personal y al autoconocimiento. Las otras seis son: Shiatsu (presión antidolores), Taiko (el espíritu del gran tambor), Taiso (la gym para las articulaciones), Ceremonia del Té (meditación antioxidante), Nutrición (la dieta de la longevidad) y Práctica Zen (pausas que limpian).
De un modo holístico, estas prácticas, terapias y métodos, equilibran, evitan enfermedades y brindan bienestar.
El estado japonés se ha puesto como desafío integrar a la sociedad a las generaciones añosas. En Occidente las personas ancianas son desechadas, en tanto que en Japón las contratan, por ejemplo, para ayudar en las guarderías o en los colegios, porque consideran que la experiencia que tienen puede aportar muchos beneficios a los niños. Es también una forma de evitar la exclusión social de los más mayores. ¡Imitemos a los japoneses!
Reiki es una forma de canalizar energía a través de nuestras manos, un sistema para sanar naturalmente.
Su nombre está formado por dos palabras japonesas, Rei, que significa universal y Ki, que significa energía de la vida.
Un monje japonés, Mikao Usui, después de un ayuno y de meditar 21 días en el Monte Kurama, en 1922, redescubrió un sendero espiritual de armonización... hacía miles de años que la imposición de manos con fines sanadores se venía practicando.
Todo el mundo lo puede canalizar luego de haber recibido una iniciación al Reiki.
Para recibir la imposición de manos no es necesario estar enfermo y se lo hace vestido, acostado y generalmente en una camilla.
Las manos del que lo hace pueden hacer contacto directo o no con el paciente y van recorriendo a lo largo del cuerpo los centros energéticos.
El paciente puede sentir calor o frío... incluso un cosquilleo.
Es un método de relajación y bienestar que produce una sensación profunda de descanso.
Se debe usar como terapia complementaria, porque no sustituye la medicina alopática sino que complementa sus efectos y reduce los efectos secundarios de tratamientos o medicamentos.
En Estados Unidos este método figura dentro del sistema hospitalario y es usado para proporcionar alivio al estrés que padecen sanos y enfermos.
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