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martes, 17 de septiembre de 2013

LA ASESINA - PARTE 13






Gilles me decía que por mi culpa había comprendido cómo le envenenaba la vida su esposa con la gimnasia, lo que era, además, su único tema de conversación.
Yo era muy celosa y me hubiera gustado tenerlo todo el tiempo conmigo, por lo que un día me animé y le pregunté: amor... qué haremos nosotros de nuestras vidas? y él simplemente me contestó: hablaremos de ello mañana, cuando estemos en el hotel, ahora continuemos con nuestra clase.
Ese circo de amor, porque no se lo podía llamar de otra forma, duró un mes más y al cabo de éste no aguanté y decidí contárselo a Paco.
Era domingo, el único día que no veía a Gilles y que él le dedicaba a su mujer. Estábamos en la terraza. Yo ya no bebía champagne... me había pasado al jugo de naranja, como mi amante, lo que no dejaba de llamar la atención a Paco. Entre otras cosas y antes de avanzar sobre lo mío, mi hermano me felicitó por mi empeño en el estudio y mis logros, pero quiso saber si no estaba aburrida puesto que desde que había empezado con él no había salido más. Le dije que no sólo no me aburría sino que sabía que ya no podría soportar el mundillo en el que me movía antes. Paco me preguntó por la mujer de mi profesor y le dije que aunque mucho no sabía de ella, creía que su matrimonio no andaba del todo bien. Paco me sugirió volver a invitarlos a cenar, propuesta que rechacé de inmediato y momento que aproveché para decirle que Gilles y yo nos amábamos y que había pensado en casarme de nuevo.
Paco lo primero que dijo fue que era un hombre pobre y que no podía creer que yo estuviera pensando en eso, pero le repliqué que era muy rico intelectualmente y que justamente eso era lo que me había enamorado de él.
Paco quiso disuadirme de distintas maneras, invocando cosas que en su momento eran prioridades para mí, pero mi decisión ya estaba tomada y no lograría moverme de mi eje. Se dio cuenta que estaba dispuesta a renunciar a todos mis lujos y placeres, por estar con Gilles. Le aclaré, incluso, que las únicas alhajas que conservaría serían los pendientes, por el valor sentimental que significaban. Pero Paco se adelantó diciéndome que la mitad de ellos eran de él. Ante su pregunta de lo que haría con nuestra casa, le respondí que la conservaría para vivir con Gilles y que él podía continuar a nuestro lado como siempre, aunque si no se sentía cómodo tenía toda la libertad para marcharse.
Paco detectó que yo estaba muy enamorada y se animó a decir que había olvidado un detalle de importancia... que Gilles tenía esposa. Le conté que él ya no la amaba y que me había dado muestras de que eso era así. Por otra parte, agregué, su honestidad y rectitud le impide repartir su existencia entre una esposa y una amante y como yo he decidido ser su mujer, voy a necesitar tu ayuda nuevamente. Primero porque temo que su esposa le niegue el divorcio y segundo porque Gilles me ha dado a entender muchas veces que no le gusta el divorcio y que yo tenía la suerte de ser viuda.
Le dije a Paco que como yo podía comprender los buenos principios de Gilles, la única solución que quedaba era que él también fuera viudo y que era precisamente en eso donde necesitaba su colaboración. Aunque otra opción sería seducirla y enamorarla... así a lo mejor consentiría un divorcio amistoso para poder casarse con él.
Ante la negativa rotunda de Paco de casarse algún día, le dije que entonces lo único que tenía que hacer era librarme de ella de otra manera, porque yo necesitaba que Gilles enviudara. Paco, aunque no con demasiada claridad, me dio a entender que me ayudaría, así que le conté cuál era el plan.
Gilles me ha anunciado que a fin de este mes su esposa se irá por diez días de vacaciones con sus alumnas del colegio, a hacer alpinismo. Indagaré subrepticiamente para saber el lugar exacto. Tú tendrás que ir allá el tiempo que sea necesario para preparar el golpe y llevarlo a cabo.  Yo mantendré a Gilles ocupado aquí para que no sospeche nada y además para que no quede comprometido en el hecho, porque estará lejos del lugar. Los accidentes en la montaña son muy frecuentes y en las colonias de vacaciones aún más por no estar muy bien vigiladas. La encontrarán en el fondo de un barranco, como lo encontraron a Thierry con su moto y sus alumnas serán quienes darán la alarma. Tu tratarás de no llamar la atención y regresarás tranquilamente con tu auto y nos reencontraremos en casa para festejar. A lo mejor antes que regreses Gilles me llama por teléfono para contármelo, porque gendarmería seguramente le avisará de inmediato. En ese caso contará conmigo para consolarlo y hacerle comprender que estando ahora libre ya nada le impediría que nos casáramos. ¿Qué piensas de mi historia, Paco? Que eres irremediablemente monstruosa... el estudio no te ha cambiado nada. Además, agregó mi hermano, no he practicado nunca alpinismo, así que seré incapaz de esconderme atrás de una roca y preparar el golpe, así que... ¿porqué no lo haces tú? Cuando te deshiciste de Thierry demostraste una gran maestría para ese tipo de ejecuciones...... con una peluca, un vestido sencillo y lentes oscuros pasarás desapercibida.  Yo no quiero matar a una mujer que no me hizo nada.  Paco se estaba negando a ayudarme, porque la realidad era que no quería que me casara con el profesor y así me lo dijo: ese nuevo casamiento sería la mayor idiotez que podrías cometer!  Le dije que encontraría otro ejecutor. Estuvimos sin hablarnos durante una semana... no teníamos nada que decirnos. Era siniestro. Cada uno seguía en su postura... yo dispuesta a rehacer mi vida y Paco no quería oir hablar del profesor. Por supuesto obvié contarle a Gilles lo que había pasado con mi hermano porque se habría horrorizado. Paco ni siquiera lo saludaba o lo eludía, pero como Gilles era bastante distraído no parecía notar esto. 
Ya había logrado informarme perfectamente y estaba dispuesta a contarle todo a Paco y ver si lograba convencerlo, aunque todavía su decisión era muy firme.
Finalmente un domingo, Paco me dijo: luego de pensarlo mucho he decidido que te ayudaré, pero no mataré a la mujer sino a él. Como ya te lo dije, su mujer no me hizo nada, en cambio él me ha robado tu afecto. Ya no tienes ni tiempo para pensar en tu hermano. Y eso sí que no lo puedo soportar! Te aseguro que lo haré desaparecer antes que tenga tiempo de divorciarse. Es increíble que sigas pensando que ese hombre te ama. Si así fuera no vacilaría en divorciarse.  No podía soportar que Paco dudara de nuestro amor y así se lo dije: antes que oírte hablar mal de él prefiero no verte más, Paco. Entre los dos lo elijo a Gilles y no volveré a hablar del tema, así que puedes marcharte porque no te quiero ver más. 
Ahora estaba segura de que intentaría eliminar al hombre de mi vida! Quince minutos más tarde oí el auto de Paco que se alejaba de la casa. Temía por mi amor. Por suerte Gilles esa noche debía de estar en su casa, en compañía de su esposa y Paco era un cobarde para atacar de frente a una pareja, con el agravante que el vigor de la profesora de gimnasia lo intimidaba. Pero en cambio si se encontraba frente a frente con un Gilles confiado en su amistad, era capaz de cualquier cosa! Yo temía mucho por la vida de Gilles.
 

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