HIJO UNICO: EDUCACION

Los hijos únicos son cada vez más numerosos. Los motivos son más socioeconómicos que psicológicos: el retraso en la maternidad, el comienzo de la mujer al mundo del trabajo, la infertilidad, el aumento de las separaciones, la dificultad en general para armonizar la vida familiar con el trabajo.
Crecer entre adultos es distinto a hacerlo con hermanos, pero no tiene por qué ser un hijo sobreprotegido o consentido. Al no tener hermanos puede ser que muestren problemas al momento de compartir su tiempo y sus juegos con otros niños, por lo que a veces pueden parecer egoístas. También pueden presentar inseguridad, porque al jugar siempre solos no están acostumbrados a perder. Sin embargo, la sobreprotección es la que origina niños excesivamente dependientes de los padres, inseguros y con baja autoestima. 

Algunos padres vuelcan todas sus expectativas en él, generándole una exagerada presión para que las realice.

Estos niños, al estar tanto tiempo solos, suelen ser imaginativos y creativos, porque para no aburrirse inventan juegos y manualidades. Suelen tener alto nivel intelectual porque al ser hijos únicos sus padres los estimulan intelectualmente. Es frecuente que sean líderes, porque están acostumbrados a ser siempre el centro de atención y suelen tener bastante alta su autoestima.

Los padres deben ayudarlos para evitar que se conviertan en un niño egoísta. Para ello es interesante que inviten a sus amiguitos a jugar o a dormir a su casa y también que visiten la casa de otros compañeros con los mismos fines. También deben potenciar la autonomía del niño. Antes que volcar sus expectativas en ellos deben alentarlos en la búsqueda de sus intereses. 

Ponerles límites claros haciéndole notar siempre lo que está bien y lo que no lo está, para fomentar en ellos el sentido de la responsabilidad. 

Conviene que los padres jueguen de vez en cuando con ellos, para evitar que se aislen con la computadora, la televisión o los videojuegos.

Cada vez son más las familias con un solo hijo, que deciden adoptar. Por lo general son padres que han tenido a su hijo siendo ya mayores o, si han logrado su primer embarazo con técnicas de reproducción asistida, no desean someterse nuevamente a ello. 

Normalmente el planteo nace del hijo único pidiendo que quiere un hermanito, pero la llegada del segundo hijo, sobre todo si es adoptado, cambia totalmente la dinámica de la familia y pueden comenzar los celos y rivalidades. 

No habría que adoptar un niño sólo porque el hijo único ha pedido un hermano. Debería ser también fruto del deseo de los padres, porque sino los riesgos de integración podrán ser aún mayores.