Cuando se presenta dolor en la cadera al empezar a caminar, después de haber estado sentado con las piernas cruzadas o si se han usado pantalones ajustados, notaremos que al ponernos de pie y comenzar a caminar, el dolor se va yendo lentamente, aunque algunas veces continúa a lo largo de todo el día.
El punto que más duele se encuentra en la zona interna de la cresta ilíaca -donde parece que se inserta la cabeza del fémur- y se trata de un dolor muscular.
Ahora bien; cuando se levanta la pierna y se la cruza sobre la otra, la cadera se inclina y rota. Si esto se hace rutinariamente, se produce un desequilibrio en la columna y como consecuencia de ello se contrae el músculo lumbar.
No obstante, todo lo señalado no justificaría demasiado dolor, sino que éste podría deberse a algún esguince crónico de vieja data, del ligamento lumbar.
Los movimientos de la cadera están limitados por varios ligamentos, los que por debilidad, mala postura o por una carga de trabajo determinado y repetido, sufren microrroturas.
Cuando la persona está sentada durante un tiempo, se produce una inmovilidad del músculo que provoca dolor y las molestias se localizan sobre la cresta ilíaca. Justamente en esta zona se insertan distintos ligamentos.
Para recuperar el tejido dañado y descongestionar la rigidez muscular y dar más flexibilidad a los ligamentos internos de la cadera, es necesario realizar un tratamiento con masaje terapéutico profundo.
Hecho esto, cuando ya están descontracturados los músculos y los ligamentos se ven más flexibles, es preciso cuidarlos practicando una rutina de estiramientos.
Revista: "CuerpoMente-Técnicas Corporales"
Elsa Inés Bernardi Semino
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