Durante todo un día normal, escuchamos, vemos y leemos unas 200 mentiras, o sea, 1 cada 5 minutos. Obviamente que en época de elecciones la tasa se multiplica de manera drástica.
¿Se preguntó alguna vez por qué le mintieron?
El engaño es un rasgo común del comportamiento humano. Si la mentira no existiera es probable que las personas estaríamos constantemente en conflicto. Por eso, los pensadores, intelectuales, filósofos y psicólogos afirman que la mentira es, en el fondo, conciliadora. porque si dijéramos la verdad todo el tiempo, seguramente nos enojaríamos con todo el mundo.
Hay personas que están más acostumbradas a mentir y lo hacen intencionada y sistemáticamente. Por lo general son personas muy inseguras y con mala percepción de sí mismas. Pueden tener problemas de identidad y no se aceptan tal cual son. Es por eso que nos mienten sobre lo que les gusta, sobre su pasado y sobre lo que son. El objetivo es agradar al otro y entonces dicen lo que creen que el otro desea escuchar o espera de ellos.
Algunos dicen que mentir, es decir algo que no es cierto con la intención de engañar. En cambio hay otros que definen la mentira diciendo que mentir es manifestar algo contrario a lo que se cree, se sabe o se piensa. Por lo tanto, quienes piensan así, cuando alguien engaña, no miente, sino que transmite su propia equivocación a los demás. Por lo tanto vemos que cada uno la define de acuerdo a lo que le conviene.
Algunos recurren a la mentira diciendo que se trata de una mentira piadosa, que no genera un engaño importante y proporciona resultados positivos. También los hay quienes mienten por costumbre pero en temas poco relevantes. Sin embargo, no debemos olvidar a aquellos que mienten en forma esporádica pero concientemente, persiguiendo beneficios personales y generando daño a los demás. Y también esos otros que mienten, o callan verdades que son necesarias, por vergüenza, timidez o falta de carácter. Finalmente tenemos los mentirosos patológicos. Son los que mienten con una facilidad increíble, ya sea porque les conviene o porque tienen una absoluta falta de respeto a la verdad.
Todos nosotros hemos mentido alguna vez, porque con la mentira a veces se pueden lograr ciertas cosas, como, por ejemplo, obtener la admiración de los demás. La usamos con frecuencia cuando decidimos no responder un llamado telefónico en un momento inoportuno y luego decimos que no estábamos. Es muy común el "yo no fui" de los niños, para no hacerse cargo de algo malo que han hecho. Mentimos a veces para evitar un conflicto, como por ejemplo decirle a alguien que se lo ve muy bien cuando en realidad se piensa todo lo contrario... son las clásicas mentiras piadosas. Es muy usada por aquellos que cometen fraudes, para obtener mediante la mentira, sumas abultadas de dinero. Para evitar un reto o para encubrir a otro de una esposa celosa o hasta de un delito mucho más grave.
Cualquiera sea la causa que nos lleve a esta conducta, sepamos que es tan antigua y primitiva como la vida misma.
Elsa Bernardi
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