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miércoles, 21 de junio de 2017

LOS PADECIENTES (ULTIMO CAPITULO) - Síntesis p/discapacitados visuales y/o motrices

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Pablo la contiene a Camila que llora abrazada a él. Un rato después se va de la casa. Cuando llega a la tranquera, tal como se lo imaginaba el taxi no estaba más, pero en cambio había un Peugeot 504 negro con un hombre de ojos claros sentado en su interior, que abriéndole la puerta lo invitó a subir… y Pablo subió, era el oficial Bermúdez. Pensó que entonces el que lo estuvo siguiendo todo ese tiempo fue él, pero el oficial de policía se encarga de decirle que no y que por el contrario lo que él estuvo haciendo fue cuidándolo de esa gente. Bermúdez le dice que abandone esa investigación porque es peligrosa, ignorando que Pablo ya se bajó de ella cuando entregó el informe policial a Paula. Una vez más le insiste en que no continúe con la investigación de la muerte de Roberto Vanussi, porque compromete a mucha gente importante que por alguna razón está interesada en que el caso se cierre. De a poco, le está contando a Pablo todo lo que él ya sabe y no hace más que confirmarlo. Pablo prefiere tranquilizarlo y le dice que el informe psicológico ya fue entregado y que para él el caso está terminado. Bermúdez, más tranquilo con la confesión, lo deja en la puerta de su casa. Cuando Pablo baja del auto, mira para ambos lados y el oficial, dándose cuenta y sonriendo, le dice: baje tranquilo amigo, ya no lo van a volver a molestar y el joven de pronto siente una profunda sensación de alivio.  Cuando ingresa a su departamento piensa que Helena lo debe estar buscando y también su amigo el gitano, pero de pronto viene a su memoria la imagen de Luciana. ¡Eso es lo que va a hacer! Se dará un baño y la llamará para invitarla a cenar. Le cocinará algo y luego se entregarán y disfrutarán hasta quedarse ambos dormidos. Cuando se acerca al teléfono, ve que tiene una llamada en el contestador. Es Alejandra… que le dice que sólo llamó porque tenía ganas de escucharlo… luego el silencio, hasta que un sonido le indica que la grabación se ha terminado. Al escuchar la voz de Alejandra se derrumba en su interior lo último que le quedaba de resistencia para no ser vencido por la angustia. Imagina el padecimiento de esos tres chicos. Paula arrastrando el cadáver de su padre, Camila temblorosa con el cuchillo en su mano y Javier acurrucado en un rincón del piso. Intenta resistirse, debatiéndose entre la esperanza de Luciana y la condena de Alejandra, pero finalmente se entrega porque sus fuerzas ya lo han abandonado. Doblando las piernas cae de rodillas y sosteniendo aún el teléfono en la mano, se larga a llorar, con un llanto que viene de muy lejos y que ya no tiene ni fuerza ni voluntad de controlar. Por fin está llorando… y ¿porqué no? Si finalmente él también es un padeciente más.

                                     FIN DE LA NOVELA


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