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martes, 20 de junio de 2017

LOS PADECIENTES (PARTE VI) - Síntesis p/discapacitados visuales y/o motrices

LA BUSQUEDA (TERCERA PARTE)
 
 
A las 11 de la mañana está entrando en la clínica. En la esquina hay un Peugeot 504 negro viejo con un hombre dentro; lo mira pero lo desestima. Luciana, la recepcionista de la clínica, lo acompaña hasta la habitación de Javier, donde lo recibe Paula, su hermana, que ya está dentro. El Dr.Rasseri no está en el lugar. Paula los presenta y los deja solos, aunque Pablo sabe que no está solo… la habitación está llena de cámaras y micrófonos. Javier le dice que es consciente del crimen que cometió y que sabe que él está allí para ayudarlo. Añade que amaba a su padre, pero que ese amor no era recíproco; se hace cargo de todo, confirmando que ha sido él quien ha acabado con su vida.  Pablo le pregunta por su madre y Javier le cuenta que era hermosa, igual a su hermana Paula. Muy dulce, amante del arte y con gran talento para la pintura. Pablo quiere saber porqué cometió ese crimen y por toda respuesta le contesta que era la única manera de silenciar los gritos. Cuando Pablo le pregunta de qué gritos le está hablando, Javier parece no oírlo y continúa contándole que en dos oportunidades se quiso suicidar. Después se dio cuenta que su muerte no era importante, porque no podía cambiar nada, en cambio la muerte de su padre podía cambiar todo porque él era el que generaba cosas. Le pide que le narre lo que recuerde del día que mató a su padre y el joven comienza diciendo que ese día se había enterado por una conversación de sus hermanas, que su padre había vuelto y sintió miedo. Sabía que a su regreso todo volvía a comenzar. Y esa vez no fue diferente… los mismos ruidos, los mismos gritos espantosos. Ponía la música muy fuerte para acallar todo eso. Siempre peleaba con una mujer, le pegaba y la insultaba. Se dio cuenta que la voz era de su madre y supo lo que tenía que hacer. Tomó una cuchilla de la cocina; cuando entró al cuarto su madre estaba desnuda sobre la cama… cuando su padre lo vio, se sacó el cinto y comenzó a pegarle, hasta que se cansó y se acostó. Él permanecía acurrucado sin lamentarse por los golpes. Cuando levantó la vista vio que la madre ya no estaba en el cuarto. Esperó que su padre se durmiera y cuando lo hizo se acercó y lo mató. Estaba feliz porque a mi alrededor ya todo era silencio… no había más gritos y no me volverían a molestar más. Entonces tomé una hoja y escribí… Se terminó… lo maté… Luego me acosté a su lado abrazándolo y junto a él me quedé dormido. Pablo permanece esperando para ver si el paciente va a seguir hablando pero en pocos minutos se da cuenta que se ha quedado dormido, abrazado a la almohada como si fuera su padre. Cuando sale de la habitación lo está esperando el Dr.Rasseri, que ha sido el único que ha presenciado la conversación y lo felicita por la forma en que se manejó. También le confiesa que le ha contado cosas que ni siquiera él, que lo atiende desde tantos años atrás, sabía. Agrega también que ha borrado del disco rígido toda la grabación para no violar la privacidad de Javier ni invadir un secreto tan profundo de su vida. Pablo admira a ese hombre y lo colma una ola de respeto hacia él. Por último el Dr.Rasseri le pregunta si después de haber escuchado con lujo de detalles el relato de Javier, aún sigue pensando que tal vez él no sea el asesino y Pablo le contesta que aún no lo sabe porque, aunque no tiene dudas que Javier le ha contado toda la verdad, no sabe si esa verdad es real o si se trata de algo que ocurrió sólo en su mente. Cuando se va, el Peugeot negro continúa allí, por lo que decide irse para el otro lado y tomar el subte. Se dirige a la casa de Paula. En el living le llama la atención un cuadro que pinta una escena campestre de trazos muy similares al cuadro que vio en la casa de Camila. Se acerca a mirar la firma y son sólo dos iniciales V.P. Pablo recuerda que Camila le había dicho que su madre era una excelente pintora, por lo que deduce que esos cuadros fueron hechos por ella: Victoria Peña. Paula le muestra dos cuadros más. Uno de ellos está en el play-room y es en blanco y negro con juego de sombras. El otro cuadro está en el dormitorio de Paula y es totalmente rojo. Es un cuadro impactante y realizado con gran habilidad. Todas las pinturas en conjunto tienen en común que hay que mirarlas con mucho detenimiento para distinguir las figuras que han sido plasmadas de manera no demasiado convencional. Por un momento quedan en silencio; éste es interrumpido por Paula diciéndole que ella le debe una explicación, porque cuando le preguntó dónde estaba el día que mataron al padre ella le dijo que no se lo podía decir. Ahora desea que sepa que haberle respondido esa pregunta hubiera significado reconocer saber en qué momento exacto lo mataron a su padre y ella no tenía nada que ver con el crimen, por lo tanto no tenía respuesta para darle. Le responde que para él todos son sospechosos y le relata lo que le había pasado el día anterior, que lo estaban esperando dos hombres en la puerta de su casa para decirle que deje de investigar la muerte de Roberto Vanussi. De hecho hay muy poca gente que sabe que él se está ocupando de eso, de modo que hay alguien que avisó a no sabe quién para que lo fueran a apretar y piensa en Rasseri, el médico, en ella, alguien de la clínica Ferro donde se encuentra internado Javier, en el subcomisario Bermudez que tuvo a su cargo la investigación y con quien habló reiteradas veces y no desea sumar a esta lista a Helena, su asistente, Fernando, su esposo y al Gitano, su amigo. Paula va en busca de los dos cafés que había servido y a su regreso le dice que Camila le preguntó cuándo volvería Pablo a la casa. El hombre se compromete para ir a verla al día siguiente al mediodía. Luciana, la secretaria del Dr.Rasseti llama por teléfono a Pablo para decirle que tiene un sobre que le ha dejado el doctor, con instrucciones precisas de entregarlo sólo en mano. Mientras tanto Helena y el Gitano, profesor y más tarde analista de Paula, aceptan su complicidad por haberlo involucrado a Pablo en todo este tema, con la única intención de que llenara una carilla con datos y pusiera su firma, convenciendo al juez para que no enviara a Javier a una cárcel común, pero lo que menos se imaginaron que Pablo se iba a obsesionar con el tema de esta forma. Deciden darle participación a Fernando e intentar entre los tres sacar a Pablo de este asunto lo antes posible, antes que sea demasiado tarde.


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