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jueves, 6 de septiembre de 2012

HISTORIA DE MI VIDA - PARTE 2



 

Vivíamos en un departamento de 2 ambientes, alquilado, con el frente de mármol blanco y las escaleras de mármol negro, en el 2º piso, con balcón a la calle y un patio chico. Mis padres dormían en el dormitorio y nosotras 3 en el comedor, donde había 2 divanes que de día integraban el living-comedor y de noche eran nuestras camas. Chiquito pero coqueto. Allí viví hasta los 17 años. Mi mamá era lo que se dice una verdadera ama de casa, de las que creo hoy ya no existen. Ella hacía todo lo concerniente al hogar y tenía el departamento y a nosotras impecables, pero además tejía y nos hacía toda la ropa, con un gusto increíble. Nos vestía siempre de blanco con zapatitos blancos de Grimoldi. Jamás la ví con un batón, pantuflas o ruleros; directamente no tenía porque no los usaba. Ella se levantaba y se arreglaba como para salir. Estaba siempre con tacos altos, pollera y pullover (nunca en pantalón), se pintaba y se peinaba. Tenía un pelo hermoso, todo ondeado y unos ojos celestes preciosos. Y así, siempre impecable, cumplía con sus obligaciones hogareñas y recibía a su marido al mediodía y a la noche. Pero…….. tenía un carácter que te la regalo. Era una polvorita. Ella era la que ponía los límites en nuestra casa y por ende, como suele suceder, la mala de la película. Yo no me llevaba nada bien con ella, pero hoy la superentiendo, porque le tocó el papel más ingrato… manejar la casa.
Marta, mi hermana mayor, era la más buena de las 3. Bueno, eso decía siempre mi mamá. La realidad era que, tanto Malena como yo, éramos muy contestadoras y rebeldes… le hacíamos frente y la vida bastante imposible. En cambio Marta se avenía a todo lo que le pedían… Y sí, era mucho más dócil que nosotras dos. Pero Malena y yo fuimos siempre muy estudiosas y nunca dimos ningún dolor de cabeza durante toda nuestra etapa escolar. En cambio a Marta le costaba más y encima no le gustaba, así que la hacía renegar mucho. Les cuento una anécdota graciosa: como a Marta no le gustaba estudiar, cuando empezó el secundario se anotó en un colegio Profesional de Costura, pensando que lo único que iba a tener que hacer era coser y que como mi mamá sabía coser, la iba a ayudar.. Pero resulta que en ese colegio tenía todas las mismas materias que en cualquier otra carrera, más coser… jajaja… no saben cómo le costó recibirse y el trabajo que le dio a mi pobre madre hasta que se recibió. Yo me llevaba muy bien con Marta, no así con Malena, con quien me la pasaba peleando.
Papá era un santo y yo lo amaba muchísimo… pero de papá hablaré mañana porque tengo muchísimas cosas para contarles… (continuará)

                                                   El rincón de neche (Elsa)

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