NOTA

TEN EN CUENTA QUE SI HACES CLICK EN ALGUNO DE LOS TITULOS DE NARRACIONES EN CURSO O NARRACIONES COMPLETAS, PODRAS VER TODOS LOS CAPITULOS JUNTOS DEL MISMO LIBRO, UNO A CONTINUACION DEL OTRO.

sábado, 24 de agosto de 2013

NI EXIGENTE NI SUMISA

 
 
 
 
La independencia femenina ha instalado dos conductas en la mujer, que las llevan adelante tanto en las relaciones como en su vida íntima. Me refiero al control sobre el otro. Aunque ambas son opuestas, parece que el motor que las genera es el mismo... el miedo.
Hay mujeres sumisas, que asumen que tienen que cumplir con la pareja y ellas solas se ponen en ese lugar. Una de las razones de tomar esa actitud, es el miedo, que no les permite ni siquiera respetar sus propias necesidades. Miedo a perder al hombre si no hace las cosas bien, miedo a la infidelidad... es decir, tiene miedo a los problemas en la relación con el otro.

Ahora... no siempre quien está a su lado es cariñoso ni valora lo que hace... por el contrario muchas veces en las relaciones sexuales no tiene ni siquiera en cuenta el afecto del otro, razón por la cual esta mujer empieza a acumular rabia. Ella piensa que la intimidad es parte de su función de esposa, pero siente que podría vivir sin tenerlas, de modo que tampoco las disfruta; ve al otro como un irrespetuoso y lo castiga no transmitiéndole placer.
Esta mujer anhela pasar una noche romántica donde el afecto privilegie el aspecto sexual... poder conversar un poco más, previo a llegar a la intimidad propiamente dicha. Tal vez hasta necesitaría comprarse algunas cosas para elevar su autoestima y de paso seducir un poco más a su pareja.
Ahora, en la otra punta, encontramos a las mujeres totalmente opuestas... que son la mayoría y que es la mujer exigente... La que se ve superada y como si estuviera a años luz de la que hablamos anteriormente. Se dice independiente y prefiere prescindir de una pareja para tener el control de todo y hacer las cosas como ella misma quiere. Lo cierto es que esta mujer, diametralmente opuesta a la anterior, también acumula rabia y su rabia también se sustenta en el miedo, al igual que la otra. Su actitud se debe a que siente que mediante este mecanismo evita que el otro le haga daño. Tampoco su pareja se siente cómoda con esta actitud, porque no le permite desarrollarse totalmente como hombre, porque todo lo hace ella.
La realidad es que el buen camino hacia la seducción debe ser tranquilo y equilibrado. Tiene que ver más con una buena conversación que con una forma de actuar demasiado atrevida o demasiado sumisa. Yo diría "ni muy muy, ni tan tan".
Hay un dicho de los orientales que afirman que hay solamente dos fuerzas para actuar en la vida, el miedo y el amor y que todas las emociones restantes subyacen en estas únicas dos, sin embargo vemos que los dos polos de mujeres se movilizan a partir del miedo y que la entrega y el amor no satisface plenamente a ninguna de ellas. Por lo tanto, la conclusión sería que la entrega debe ser incondicional, sana y limpia y lo más cercana al alma posible... y no tanto al cuerpo. 
O sea, ni exigente ni sumisa, porque en ninguno de los dos casos seduce.. por lo tanto parece que la solución es lograr un equilibrio y mechar un poquito de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario