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martes, 13 de agosto de 2013

EL SINDROME DEL NIDO VACIO

 
 
 
 
Investigaciones recientes dicen que este fenómeno del síndrome del nido vacío fue malinterpretado.
Es cierto que en su gran mayoría los padres extrañan a los hijos cuando se van del hogar, pero también es cierto que disfrutan de una libertad de la que hacía tiempo no gozaban y que les permite relajarse a partir de la menor responsabilidad que les cabe con su ausencia.
Las parejas que creían hasta entonces que no tenían nada en común, se encuentran de pronto con que esta situación ha marcado un aumento en la satisfacción conyugal.
Aquellos padres que eran felices con sus hijos en casa, optimizan marcadamente su relación de pareja cuando vuelven a estar solos y vuelven a convivir de a dos.
Este cambio, desde todo punto de vista positivo, deviene debido a que pueden disponer de una mejor calidad de tiempo y compartir muchas cosas que habían quedado postergadas por otras prioridades.
Se trata de una nueva etapa de felicidad en la pareja, en la que contribuyen la disminución de los conflictos, las interrupciones y el estrés que nos genera inevitablemente la crianza de nuestros hijos.
Si a pesar de esto usted es uno de esos padres que experimenta tristeza ante el alejamiento de algún hijo de su hogar, sepa que se trata de algo normal si dura un tiempo prudente, pero si se prolonga esta sensación, lo ideal será ponerse en manos de un médico para aliviar el síntoma y no caer en un cuadro depresivo.
Los síntomas más frecuentes que nos dan una idea de en qué momento debemos concurrir a la consulta, son los siguientes: soledad, vacío, tristeza, sentirse inútil, sentimiento de culpa, dificultad para concentrarse, falta de deseo, fatiga, ansiedad, falta de apetito o exceso de apetito.
Antes de caer en manos del facultativo, hay algunas estrategias que nos pueden ayudar a superarlo.
Por ejemplo: manifieste sus sentimientos, no se reprima, porque son perfectamente normales; trabaje para aceptar los cambios, tanto propios como de sus hijos; piense que aunque su hijo ya sea un adulto siempre podrá hacerle sugerencias o brindarle su compañía en determinadas situaciones; tome conciencia de que aunque esté lejos físicamente, puede hablar con él por teléfono, por chat, por internet o incluso viajar para visitarlo; vea el cambio que hizo su hijo como algo positivo, que significa un crecimiento para él; aproveche para hacer todo aquello que había tenido postergado por las obligaciones que su atención le demandaba; reavive su relación de pareja, que seguramente demandará más su presencia a partir de este momento, programe salidas nuevas, solos o con amigos y en definitiva, ayude a que su matrimonio vuelva a convertirse en lo que era el día que se descubrieron y decidieron irse a vivir juntos.
 
 

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