COMO CONOCIO LAS CRIPTAS LA AYUDANTE DEL CONVENTO DE GRAL. RODRIGUEZ

La señora Ana Pronesti, encargada del monasterio de Gral.Rodríguez, podríamos decir que es una de las personas que más conoce el lugar y todos sus rincones. En una entrevista que le hicieron, Ana Pronesti contó cómo fue que conoció a monseñor Rubén Di Monte, su impresión cuando le mostraron las criptas y lo que le contó la monja que la llamó, cuando José López llegó con todos esos bolsos llenos de plata.  A monseñor Di Monte lo conoció hace cuatro años.  Ella trabajaba en las oficinas de la Gestoría del Automotor.  El Monseñor fue allí para tramitar el patentamiento de un auto de las misioneras. Se hicieron muy amigos y a partir de entonces Ana Pronesti comenzó a prestar ayuda en el convento.   Ella cuenta no haberse encontrado nunca allí con José López, salvo un día que le festejaron el cumpleaños a Di Monte y López se presentó en el lugar junto con su esposa.  También en otra oportunidad, participó de la misa que le hicieron al arzobispo fallecido, cuando se cumplió el aniversario de la ordenación de éste, donde también estuvo presente el ex-ministro De Vido.   Ana también dijo en la entrevista, que la madre Alba le contó que Alicia Kirchner la llamaba para interesarse por su salud y para asegurarse de haber recibido los medicamentos que le mandaba.   Agregó que conocía las criptas que estaban en la capilla, porque se las había mostrado el arzobispo. La primera vez que fue allí y para que conociera el lugar, hicieron un recorrido por las instalaciones.  Las criptas iban a ser destinadas para el descanso de los cuerpos de la hermana Alba y el suyo propio, el día que Dios los llamara. La tercera dijo que se trató de un "error de cálculo". Le explicó que el Vaticano sólo había dado autorización para enterrar dos cuerpos allí, razón por la cual hacía entre 6 y 7 meses que la tercer tumba había sido cerrada. Ana Pronesti continuó diciendo que en la madrugada del 14 de Junio la hermana Alba la llamó aterrada, contándole que un señor había ingresado al convento con mucho dinero, alguien muy cercano que era como un familiar, sobrino o amigo y que estaba siendo seguido por la policía.  También le comentó que la muerte del monseñor había afectado mucho a este señor y que estaba "como loco".   Por último expresó que a partir de ese momento no volvió a ver a la madre Alba ni tuvo más contacto con ella. La opinión personal de Ana, es que la monja nunca tuvo verdadera conciencia de lo que allí pasó. 

Fuente: TN                                                          

                                                                     Elsa Inés Bernardi Semino