Desde hace mucho tiempo se sabe que la soledad es nociva para la salud mental, debido a que generalmente viene acompañada por estrés, depresión, baja autoestima y ansiedad.
Pero, además, ahora se sabe que, debido a la soledad, nuestro sistema inmunológico puede sufrir cambios que darían lugar a la aparición de enfermedades, tales como infartos o cáncer.
De hecho, las actividades diarias pueden producir más estrés a las personas que viven en soledad que a aquellas otras que sostienen una vida social más activa.
Los investigadores creen que la hormona que libera el cuerpo para combatir el estrés, el cortisol, provoca inflamaciones y enfermedades.
La soledad produce una afectación en el sistema inmune, que hace que sobrevenga una condición llamada inflamación crónica.
Para curar un corte o una infección, se requieren inflamaciones temporales, pero si esta inflamación se prolonga en el tiempo y se transforma en crónica, es probable que se desencadene un problema cardíaco o cáncer.
En una investigación realizada en el año 2006, se determinó sobre un número de pacientes con cáncer de mama, que tenían cinco veces más probabilidades de morir aquellas mujeres que no se vinculaban demasiado con sus familiares directos.
Para saber de qué forma incidía en las personas solitarias el estrés en las inflamaciones , se llevó a cabo un estudio comparativo entre mujeres sobrevivientes a un cáncer de mama y mujeres sanas voluntarias.
Se les hizo, a cada grupo por separado, una prueba que consistía en pedirles, sin aviso previo, que explicaran al público presente porqué consideraban que eran las candidatas mejores para ocupar un determinado puesto de trabajo y después debían hacer una operación aritmética frente a ese panel.
Los resultados fueron iguales en los dos grupos: las personas solitarias fueron las que presentaron un nivel de inflamación más alto frente al estrés pasado.
Es relevante señalar que costó mucho tiempo para que los médicos aceptaran que la soledad es muy importante en la salud.
Debido a eso actualmente se analiza a los pacientes teniendo en cuenta el contexto social en el que vive.
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