ANTIDEPRESIVOS Y SEXUALIDAD

 

 

Sabemos que los antidepresivos más usados, atenúan la depresión, pero también otras sensaciones como la sexualidad. Es por ello que es muy importante no automedicarse y trasladar el problema al psiquiatra, para que realice un buen diagnóstico y recete lo más apto para la circunstancia.

Hay muchos medicamentos cuyos efectos secundarios actúan de manera negativa en la sexualidad. Si el paciente lo ignora, cuando el fenómeno se produce pueden ver afectada su autoestima por no poder responder ante la estimulación sexual o directamente verse resentida la relación de pareja ante esta disfunción. Otra opción que a veces se lleva a cabo y que no es tampoco la más conveniente, es abandonar el tratamiento antes de consultar al médico tratante.

De todos los psicofármacos, los que más dificultades presentan son precisamente los antidepresivos. Puede verse afectada la potencia, el deseo o dificultarse el alcance del orgasmo.

Los antidepresivos más usados en la actualidad, son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Aumentan en el cerebro los niveles de esta sustancia.

En su mayoría se indican por su efectividad en el tratamiento del pánico, la angustia, la irritabilidad, la impulsividad, los dolores, las obsesiones, los atracones de comida, etc, pero atenúan el apetito sexual, tanto en hombres como en mujeres y sin distinción de edad.

Las estadísticas dicen que el porcentaje en la disminución del deseo sexual es aproximadamente de un 60 o 70% en las personas que lo consumen, los problemas de anorgasmia o falta de eyaculación son de un 50% y la disfunción eréctil o escasez de lubricación vaginal afecta a un 30% de quienes hacen uso de él.

Es muy importante destacar que este efecto contrario desaparece totalmente con la interrupción de las tomas de los antidepresivos y las funciones se restablecen sin dejar secuela alguna.

Lamentablemente algunos psiquiatras aconsejan la toma de estos medicamentos sin alertar al paciente de sus efectos secundarios, por lo que se aconseja sea él mismo quien le consulte al médico sobre ese riesgo, debido a que hay en plaza otros medicamentos igualmente eficaces, que no tienen repercusión en el aspecto sexual. 

De hecho en enero del 2011 se aprobó en EE.UU. un antidepresivo que no provoca disfunciones sexuales.