EL CEREBRO Y UNAS COPAS DE MAS

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Numerosos estudios demostraron que consumir excesiva cantidad de alcohol puede producir fallas en el funcionamiento del conocimiento y cambios reversibles y otros permanentes en la estructura del cerebro.

No hay demasiado consenso en cuanto a las características de las fallas, debido a lo difícil que resulta estimar cuándo podemos decir que el consumo de alcohol es moderado y cuándo no. 

Otros de los problemas con los que nos encontramos, es que a los que beben les resulta problemático decir cuánto alcohol han consumido. 

Un grupo de científicos en Yale hizo un estudio que consistía en preguntarle a los participantes cuánto creían que habían bebido en un lapso de tiempo determinado.

Al principio todos decían que no habían consumido nada, lo cual era cierto, pero a medida que iban bebiendo, todos los reportes individuales indicaban mucha menor cantidad de bebida ingerida hasta ese momento, lo cual no era verdad.

Las neuronas se comunican entre sí a través de los neurotransmisores, que lo que hacen es precisamente transmitir información entre ellas.

El GABA es un neurotransmisor que inhibe la acción de ciertas neuronas. El alcohol actúa sobre el GABA y al combinarse con sus receptores actúa más poderosamente. A medida que aumenta el alcohol en sangre, la actividad neuronal del GABA se hace cada vez más lenta y eso provoca que el cerebro no actúe de manera tan eficaz como debería.

El glutamato es otro neurotransmisor. Es el excitatorio de mayor importancia del cerebro. Actúa especialmente sobre la memoria y el conocimiento. Cuando hay consumo de alcohol, el glutamato no actúa más, haciendo que disminuya la velocidad en la comunicación que debe haber entre las neuronas. 

También se ha podido determinar que el alcohol aumenta la secreción de dopamina en el cerebro. Muchas autopsias hechas a alcohólicos, dieron por resultado que casi un 80% de ellos, tenían algún grado de patología cerebral.

Todo lo dicho nos demuestra que el consumo excesivo de alcohol, tanto crónico como en casos de intoxicación, actúan directamente sobre las funciones del conocimiento. Se ha comprobado que disminuye la velocidad para procesar la información, se dificulta la solución de problemas, el control inhibitorio, la memoria de trabajo, el funcionamiento psicomotor disminuye. Las funciones ejecutivas son las que se ven más afectadas. Se tornan más impulsivas, les cambia el humor, discuten, pueden caer en una amnesia profunda que les dificulta recordar cosas pasadas o amnesia anterógrada, que es la incapacidad de generar nuevos recuerdos.

Es importante que conozcamos los efectos contraproducentes de una ingesta excesiva de alcohol, para que podamos tener la oportunidad de contar el cuento de la noche pasada.