Según las estadísticas, cada vez son más las parejas que se inclinan por divorciarse debido a que no le encuentran la vuelta para resolver las diferencias entre ellos.
Pero a veces es posible hacer todavía algo, antes de llegar a esa instancia. Vale la pena agotar los recursos para no deshacer algo que ha empezado basado en el amor.
No olvide la importancia que tiene decirle a su pareja cuánto lo ama o, más aún, que le sigue gustando tanto como el primer día.
Las frases cariñosas, las pequeñas atenciones, los minúsculos detalles, todo incide en sostener el amor inicial. Nada está de más. Parecen cosas triviales, pero el intercambio de cumplidos promueve y provoca sensaciones efectivas que sostienen la felicidad en el tiempo.
No mantenga jamás fantasmas del pasado que entorpezcan el crecimiento de la pareja. Si tiene algo que decir que le está molestando, puede optar por encararlo frontalmente una vez y luego de eso enterrarlo, para que no se interponga nunca más en la vida familiar. Si no se anima a encararlo porque teme que puede dar origen a una pelea sin retorno, la otra posibilidad es olvidarlo para siempre, como si nunca hubiera existido. Personalmente creo que lo mejor es sacarlo afuera, porque estas cosas que uno supone olvidadas quedan siempre ahí dentro dando vueltas y pueden salir el día menos pensado y no justamente de la mejor manera... pero eso lo deberá evaluar cada uno.
Hay que evitar discutir por pequeñeces. Como dice el refrán "no hay que dar por el pito más de lo que el pito vale". Si algo molesta, en lugar de enojarnos y pretender que el otro saque la bola de cristal y adivine lo que nos pasa, dígale directamente qué es lo que no le gustó para que evite repetirlo.
Callar siempre para evitar discutir, da lugar a que un cúmulo de cosas se guarden... y no conviene. No se guarde nada. Hable de la mejor manera que pueda, sin herir y exprese lo que sea para evitar un conflicto.
Aprenda a negociar. En el amor, como en todos los actos de la vida, muchas veces hay que negociar para conseguir algo. Para negociar hay que ceder ciertas cosas. Practíquelo y llévelo a cabo. No pretenda siempre tener la razón o esperar que su pareja acepte en todo momento lo que usted propone.
Pedir disculpas es un acto de valientes y reconforta. No sienta que hiere su orgullo cuando lo hace. Somos seres humanos y como tales, somos falibles... nos equivocamos y cuando uno se equivoca no existe otra alternativa más que disculparse por haber hecho algo que no correspondía. Los errores en general se cometen de buena fe y nadie está exento de ellos.
Por último, dedicarle tiempo a la pareja es una de las partes más importantes para sostener la felicidad. Realizar actividades juntos, salir a tomar un café, ir al supermercado, ver un programa de televisión, compartir una charla..., cualquiera de estas cosas puede servir para reflotar el romanticismo. Aproveche alguna de estas circunstancias para resaltar lo feliz que lo hace, estar compartiendo ese momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario