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miércoles, 24 de julio de 2013

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADAS - CAP.10 - 11





Jack Hyde sólo se ha desmayado. A su lado está el arma que llevaba y que ahora Ryan está levantando del piso con guantes de látex para entregarla a la policía y lo pone en una bolsa. Cuando piden algo para atarlo corro a mi dormitorio y traigo una cuerda. Sawyer se agacha y revisa a Jack. Le saca parcialmente del bolsillo una cinta de embalar. Cuando la ve empalidece y la vuelve a poner en el bolsillo donde estaba. Yo, que estoy a su lado, veo la maniobra y el estómago me da un vuelco. Inmediatamente decido no pensar más en eso.
Pido que llamen a la policía y alejándome de ellos lo llamo a Christian para contarle, pero su teléfono está apagado, así que decido dejarle un mensaje. Le pido que me llame avisándole que hubo un incidente pero que ya todo está en orden y que estamos todos bien.
El detective Clark es el encargado de interrogarme a mí. Como al pasar me dice que ya conocían a Jack Hyde. Cuando se retiran la señora Jones me prepara un sándwich y un vaso de leche y me voy a dormir.
La luz de la ventana me despierta. La cabeza me estalla de la resaca. Noto que la silla del dormitorio no está en su lugar y cuando me doy vuelta veo que está Christian sentado en ella mirándome.
Al principio pienso que estoy soñando pero entonces me doy cuenta que es verdad que está allí y mi corazón da un vuelco. Le digo ¡Hola! como en un susurro. Su cara está desencajada y su mirada es tan fría que me hace mal mirarlo a los ojos. Tiene un vaso de whisky en la mano. Por fin me devuelve un ¡hola!
No estoy segura de que haya escuchado mi mensaje. Quiero saber si ha vuelto por eso o porque se enteró que había salido con Kate.
Discutimos mucho. En un momento me dice que tiene ganas de castigarme mucho. Darme latigazos hasta que no lo pueda soportar más. Escucharlo me destroza el corazón y me pone los pelos de punta.
Lo veo tan enojado que le pido que se acueste a mi lado. Me da un beso en la frente y me dice que no porque tiene cosas que hacer.
Duermo un par de horas más y me viene a despertar con un jugo de naranja. Pienso que se le ha pasado la ira. Se desviste y se va a bañar. Me levanto corriendo y entro a la ducha con él, pero cuando lo abrazo siento que su espalda se tensa. Cuando empiezo a acariciarlo y besarlo toma mis manos y me dice: Ana, ¡No! Estoy tan furioso como ayer. ¿No te das cuenta que te quería secuestrar ese hombre? cómo pretendes que me tranquilice tan pronto. Y además me indigna que no hagas las cosas que te pido. La palabra secuestro me da martillazos en mi cabeza. Dándose vuelta sale de la ducha y del baño. Su actitud me confunde.
Me visto y bajo a desayunar. Christian está en su estudio y lo voy a buscar. Cuando abro la puerta está hablando por teléfono y me dice que no con la cabeza, de modo que me retiro y me marcho al desayunador. Cuando viene le pregunto si me permite ir a trabajar con mi auto, ya que el peligro que representaba Jack había desaparecido. Me dice que no y que Prescott me llevará. Cuando llegamos a la editorial ingresamos por la entrada lateral para evitar al periodismo que ya estaba al tanto de todo.
Es la una de la tarde y Christian no me ha escrito ningún mail. Necesito saber si volvió por mi salida o por el puto lunático de Jack Hyde. Decido escribirle y me contesta con monosílabos. Finalmente logra que me enoje mucho y le envío un mail muy largo donde le digo todo lo que venía guardando. Que no me puede tratar como una niña, ocultándome cosas, que ya no soy la sumisa sino su esposa y como tal me debe dar mi lugar, que lo que pasó fue porque yo no estaba informada porque sino tal vez hubiera actuado de otra manera, etc etc etc. En su respuesta me dice que continuaremos la conversación en nuestra casa.
Me entero por el detective Clarck que ha pasado por mi oficina para ampliar mi declaración, que Jack Hyde ya ha sido dado de alta en el hospital y está ya bajo custodia policial. Cuando se retira me deja su tarjeta.
Cuando regreso de la oficina y estoy subiendo en el ascensor, estoy nerviosa porque no tengo ganas de continuar peleando. Christian me está esperando en el salón y cuando ingreso se me acerca provocativamente y me dice que me estaba esperando que llegara.
Me provoca sexualmente pero me doy cuenta que vamos a seguir peleando. Le vuelvo a preguntar porqué adelantó su regreso de Nueva York y me contesta que es por no haber cumplido mi palabra y además haber dejado desprotegido el departamento por obligar a Ryan y Sawyer a venir conmigo.
Cuando le recrimino lo frío que se ha comportado por la mañana en el baño, me dice que tenía miedo de hacerme daño. Yo sé que Christian es incapaz de lastimarme y se lo hago saber, pero su respuesta no pasa inadvertida para mí. Le pido que me cuente los secretos que tiene conmigo. El porqué de la custodia que ha puesto también en casa de sus padres. Y entonces me dice que ellos también han sido amenazados. No saben por dónde atacará Jack cuando pueda. Que también se había enterado que además de iniciar el incendio en su empresa, había sido el responsable del atentado del Charlie Tango.
Christian se me acerca y nuevamente comienza a provocarme. Empieza por taparme los ojos con un pañuelo del mismo color de mi vestido. Y empieza a llevar adelante un episodio de sexo altamente erótico... es algo muy intenso... y extraño... Su estimulación me produce un cúmulo de sensaciones pero no me permite llegar al orgasmo... y sigue jugando... Y me dice que está haciendo lo mismo que yo... que prometo y después no cumplo. 
Mis ojos se llenan de lágrimas y le grito... No me estás amando... te estás vengando... y exclamo Rojo, rojo, rojo. Nuestro pacto dice que ante esta palabra él debe detenerse de inmediato, pero yo le había prometido que jamás la diría. Se queda helado. Me desata los tobillos y las muñecas y yo me abrazo a él y me largo a llorar y él me pide perdón y tomándome en brazos me apoya en la cama y me envuelve en la sábana de seda. Y entonces me empieza a completar los espacios oscuros que yo tenía de la historia. Y así me entero que Jack había comenzado a trabajar para una compañía de transportes y que el día anterior había traído algo a un vecino de nuestro edificio. Cuando la policía investigó la furgoneta, encontraron un colchón, tranquilizantes como para dormir una docena de caballos y una nota dirigida a Christian. No me cuenta el tenor de la nota pero sí me dice que había estado en nuestra casa para secuestrarme. Todo me parece una locura. Insisto.... Christian...¿pero y por qué? quiero saber. Christian me dice que tanto él como la policía creen que la conexión debe estar en Detroit. Cuando le digo que eso a mí no me dice nada, me responde: Anastasia... yo nací en Detroit y a Elliot y a mí nos adoptaron en Detroit.

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