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viernes, 12 de julio de 2013

CINCUENTA SOMBRAS MAS OSCURAS - CAPITULO 15

 



Christian está sentado en el piso del baño y yo apoyada en sus piernas llorando. Me rodea con sus brazos y me pide por favor que me calme. Me levanta y me acompaña a la cama. Nos acostamos y abrazados fuertemente nos abandonamos a un sueño bastante agitado y oscuro.
Despierto sobresaltada a las tres de la madrugada. Me duele mucho la cabeza y bajo a la cocina a tomar algo y buscar un analgésico. De pronto vuelve a mi cabeza el pedido de casamiento que me ha hecho, pero no puedo olvidar que me ha dicho que me parezco a su madre... a su madre biológica, lo cual no es ningún piropo por cierto. Enterarme de eso me ha caído terriblemente mal. Pienso si me permitiría ir a hablar con el Dr.Flynn, su psiquiatra, para ver si me puede aclarar algo más mis ideas.
De golpe, en la tranquilidad de la noche, se oye un grito que me eriza la piel. Corro a ver a Christian que se retuerce en la cama y grita en forma contínua... te fuiste! te fuiste! me abandonaste! Lo sacudo con la intención de despertarlo porque aún está soñando. Le explico que bajé a beber algo. Está empapado en transpiración. Me abraza y siento los latidos muy fuertes de su corazón. Noto la desesperación que aparece en su rostro cuando piensa que yo ya no estoy a su lado. Le acaricio los cabellos como si fuera un niño. Se tranquiliza y me empieza a besar la cabeza con mucho amor.
En un sólo movimiento Christian me da vuelta y ya esté encima mío. Le acaricio su cuerpo como nunca me había permitido hacerlo. Gime y jadea y eso me vuelve loca. Pero mi cabeza está pensando en otra cosa. No puedo apartar de mis pensamientos lo que me dijo de su madre y me siento bastante ofuscada. Christian se mueve y gira sus caderas una vez y otra vez más y de pronto, casi sin quererlo, estallo, porque mi cuerpo se ha convertido en su esclavo. Luego él se derrumba sobre mí gritando mi nombre.
Permanecemos abrazados. Le pregunto de qué se trataba su sueño y Christian me dice que siempre sueña lo mismo. Él tiene unos tres años. El proxeneta de turno que tiene su madre fuma sin parar. No encuentra un cenicero y él lo único que recuerda es el dolor y a su madre que no hace nada para evitárselo. Esa es su permanente pesadilla. Luego continúa. En algunos sueños mi madre está tirada en el suelo, como si estuviera dormida, pero inmóvil. Tengo hambre. De pronto un ruido muy fuerte me asusta. Es el proxeneta que ha vuelto y comienza a pegarme muy fuerte con un cinto o con los puños. Le cuesta explicarme.
Vuelve a repetirme lo mucho que me ama y lo indispensable que me he tornado en su vida. Insiste sobre nuestro casamiento... tener hijos... formar una familia.  No lo desaliento, pero le pido que previamente me permita tener una charla con su médico, el Dr.Flynn. Christian acepta y promete coordinar una reunión con él para el día siguiente.
A la mañana siguiente nos quedamos dormidos, de modo que me levanto y salgo corriendo a ducharme y vestirme muy rápido para no llegar demasiado tarde a la oficina. Le tiro un beso desde la puerta y salgo corriendo.
Cuando llego, Jack está visiblemente enojado y me señala que he llegado tarde y me dice que no debe repetirse. Me pide un café y me da una carta para que se la prepare. Jack está de pésimo humor y me está sacando de las casillas. Le pregunto si le pasa algo conmigo pero me dice que es muy largo para enumerarlo y en ese momento no tiene tiempo. Le pido permiso para salir a almorzar y me da sólo cuarenta y cinco minutos para compensar la llegada tarde de la mañana, pero me quedo almorzando tan absorta en mis pensamientos que cuando me doy cuenta ha pasado una hora justa. Jack se pondrá furioso... y no me equivoco.
A las cuatro me llama Mía para decirme que está organizando el cumpleaños de Christian, que sería el próximo sábado. Lo que está haciendo, es dándome una invitación formal para que asista y no falte.
Ya hice todo lo que me ha pedido Jack, a quien sólo le faltan quince minutos para irse al aeropuerto. Todo el personal se ha retirado. Tengo mucho apetito así que me voy a la cocina a buscar una galletita. Cuando estoy allí entra Jack que me empieza a maltratar, hasta que termina pactando conmigo para que acepte tener sexo con él a cambio de todo lo que supuestamente él decía que yo había hecho mal.
Se me acerca demasiado y siento olor a alcohol. Ha estado bebiendo. Me dice que aunque parezca una mojigata soy una calientabraguetas.
Me acaricia las mejillas, baja por mi garganta y cuando apoya la mano en mi pecho le tomo el dedo meñique y pegándole un tirón se lo retuerzo y cuando se distrae por el dolor, dirijo un rodillazo a su ingle con toda mi fuerza. Cuando se dobla del dolor, paso por el costado y lo sentencio a que nunca jamás se atreva a volver a poner un dedo encima mío. Tomo mi cartera y mi saco que están en mi escritorio y me marcho. Pero cuando llego a la calle y veo a Taylor y a Christian esperándome, mis fuerzas flaquean y mis piernas ya no me sostienen y caigo desplomada al piso.

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