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lunes, 13 de julio de 2015

LA HONESTIDAD EN LA PAREJA


La transparencia alimenta la relación de pareja pero también la puede destruir. El amor perdura en tanto y en cuanto no demos nada por supuesto, no dejándonos llevar por la rutina y lo cuidemos con la misma delicadeza con la que cuidaríamos a una planta. Siempre se promete amar para toda la vida, pero esto no es demasiado realista, porque los sentimientos no dependen de nuestra voluntad. Sí podemos prometer conductas, como alimentar el amor cada día y otras tantas que se pueden hacer, pero "te amaré hasta que la muerte nos separe" es una promesa bastante difícil de cumplir.
Cuando nos casamos firmamos un contrato, en tanto que el amor es un sentimiento que no cabe ni en un contrato ni en un seguro. Por ejemplo, la confianza es un sentimiento imposible de imponer porque sería absurdo. Es absurdo exigirle al otro que nos tenga confianza. La confianza es una construcción que se levanta con mucha dificultad y que se hunde muy fácilmente. Una persona genera confianza si mantiene en equilibrio su eje mente-emoción-acción, 
El compromiso es una obligación contraída por la palabra dada, la fidelidad es la actitud que tomamos a partir de ese compromiso. Fidelidad quiere decir ser coherente con uno mismo y honesto con el otro, respetándolo y siéndole leal. Para ser fieles tenemos que empezar siendo capaces de ser fieles con nosotros mismos, sólo así podremos serlo más tarde con nuestra pareja. Ser leal significa no traicionar, ser honesto significa no engañar, ser sincero es no simular y mostrar nuestro sentir y pensar tal como son realmente.
Debemos ser conscientes que no somos dueños del otro. Quienes tienen esa pretensión se encaminan directamente a la autodestrucción o al fracaso. 
Quien padece una infidelidad, lo que más se recrimina a sí mismo es no haberse dado cuenta del engaño o sea que al dolor de la infidelidad se suma el sufrimiento que le provoca su ignorancia, descuido y candidez. Y además la culpa por no haber sabido conservar su relación y hasta se odian por haberlo hecho tan mal.
Si hacemos la comparación entre la relación de pareja basada en la confianza y el amor, con un espejo, la infidelidad en toda su extensión: engaño, deshonestidad, traición, deslealtad, es la ruptura del espejo, que cuando se rompe de nada sirve pegar los pedacitos porque no dará buen resultado. El espejo nunca será el mismo y el amor tampoco.
Cuando se produce una infidelidad hay que valorar qué pensamos, qué sentimos y qué deseamos hacer verdaderamente, porque si decimos sí a nuestra relación de pareja para continuar, tenemos que ser conscientes que el trabajo que nos espera será más que arduo. De nada servirá pegar los pedacitos que se rompieron en la relación, habrá que fundirlos y volver a unirlos con mucho amor, porque el buen amor tiene la capacidad de alisar nuevamente la superficie del espejo y devolvernos otra vez una imagen perfecta y nítida... pero esto no es gratis.<

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