Generalmente creemos, cuando llega el momento de ir a la cama, que nosotras somos las únicas que tenemos drama. "estoy espantosa", "no me depilé", "estoy hinchada", "no quiero que me vea desnuda" y cualquier otra excusa que se te ocurra.
Pero, si les sirve de aliciente, no somos las únicas, porque los hombres también tienen lo suyo cuando llega el momento del sexo.
Por ejemplo: la gran mayoría del sexo masculino no es inmune al temor del tamaño, aún estando bien dotado y poseer un buen atributo... penan por ser demasiado pequeño o demasiado grande.
Nosotras, por nuestra parte, debemos asumir que, para ellos, tener relaciones con una mujer no cambia en nada la relación. No es que se trata de "un antes y un después de la relación". Rotundamente no... sólo se trató de sexo y punto. Aunque ellos saben muy bien que el antes y el después, para nosotras no será nunca lo mismo, porque por lo general se trata de un hecho significativo.
Ellos tienen miedo que a partir de ese momento cambie todo y que comience un reclamo de nuestra parte esperando un compromiso. Esto, de solo pensarlo, les provoca escalofríos. Por eso, chicas, a la hora de llegar a la cama y para que no haya malos entendidos, aclaremos un poco las expectativas.
También podemos decir algo sobre el tiempo (el tiempo del reloj). Para ellos el tiempo es tirano, no porque tengan poco o estén apurados, sino porque tienen miedo de no poder usar todo el que disponen. Concretamente si durarán lo suficiente, si se podrán contener y retardar lo más posible.
Lo mejor para perder el temor es quedarse tranquilo y usar la mayor cantidad de tiempo para el juego previo.
Otra de las grandes preocupaciones son el cuidado por los embarazos y/o por las enfermedades de transmisión sexual. ¡Usen preservativo! ¡No se fíen jamás!
Con respecto a la pérdida de erección, vale resaltar que si ya van pensando en esto, lo más probable es que ocurra. Esto pasa con más frecuencia de lo que se sabe y es natural. En lugar de pensar en eso, imaginen que van a pasar un momento de sumo placer y focalícense solamente en eso (besos, caricias y juegos previos).
Al momento de desnudarse no solamente a nosotras nos da pudor. Claro que el pudor de ellos es incomparable al nuestro, pero también algunos lo tienen. Por ahí piensan en la pancita, en los bíceps o si tienen demasiado vello.
Por último, un tema fantasmal... la sombra del ex. A los hombres esto les hace más ruido que a las mujeres, porque son muy competitivos y mal o bien no van a poder dejar de pensar cómo sería el tamaño del otro y cuánto duraría. Por lo tanto, es sumamente importante que no se te ocurra hablar de comparaciones... por el contrario, debes esforzarte para hacerlo sentir como lo que es en ese momento: el único.
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