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martes, 29 de octubre de 2013

LA VALORACION PERSONAL

 
 
 
La valoración personal se ve reflejada en las decisiones que tomamos, en las actividades que realizamos y en el vínculo que tenemos con nosotros mismos y con los demás. Creernos más o menos de lo que somos nos puede traer aparejados muchos trastornos.
La autovaloración se construye a partir de la infancia y es el pilar que sostendrá el comportamiento y la personalidad. Ayuda al funcionamiento de la persona y por ello no debe ni sobrar ni faltar.
La valoración personal depende de muchas funciones inconscientes y conscientes. Las funciones inconscientes son las experiencias pasadas relacionadas con el entorno familiar e íntimo. Las funciones conscientes se refieren a la capacidad de la persona de reconocer sus propios defectos y virtudes y a cómo percibe la aceptación que tiene en su entorno.
Como he dicho, comienza en la niñez, donde el papel más importante son las relaciones con los padres... sentirse querido, apreciado y respetado.
Pero es importantísimo destacar cómo cada ser humano percibe ese amor que le brindan sus padres, porque es posible que los padres quieran a su hijo, pero que el hijo no pueda sentir el amor que tienen sus padres por él.
Puede ocurrir que, habiendo dos hijos, uno sea o parezca más valorado por sus padres. Obviamente esto generará un conflicto al otro que, aunque también sea muy querido, va a sentir envidia y competencia por ese hermano y va a convertirse en su rival, le generará rencor y tal vez hasta su propia desvalorización.  
El logro de objetivos reafirma la valoración, en tanto que los fracasos generan todo lo contrario.
Sin embargo esto no necesariamente debe ser así, porque puede variar de acuerdo a las circunstancias; es decir, depende a la importancia que el individuo le dé a la opinión del otro y a si se siente devaluado o agrandado frente al grupo que lo rodea. Si un individuo tiene una adecuada valoración, aunque tenga fracasos, problemas, errores o sufrimientos, igualmente se sentirá capaz para hacerles frente e intentar superarlos. 
Hay algunos tips que dan cuenta de que una persona tiene falta de valoración: 1) no se anima a nuevos desafíos 2) no tiene ambiciones de progreso 3) estilo de vida inapropiado 4) descuidado en su apariencia física 5) miedo a lo desconocido 6) pocas relaciones sociales por ser demasiado introvertido 7) pensamientos depresivos 8) apatía 9) agresividad frente a críticas de los demás 10) buscar culpar a otros por su situación.
Debemos tener muy presente, que una inadecuada valoración personal puede generarnos trastornos y enfermedades emocionales, ya sea por creerse menos de lo que uno vale o más de lo que uno es.
Es necesario sentirse bien con uno mismo para enfrentar nuevos desafíos y aprender a tolerar los fracasos o frustraciones porque ellos, de alguna manera, son las experiencias que nos deja la vida.

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