A todas nos habrá pasado, seguramente, que en algún lapso de nuestra vida pasamos largas temporadas sin actividad sexual.
Este hecho de no tener pareja, no quiere decir que dejemos de tener deseos de continuar disfrutando del sexo y del placer, porque la sexualidad existe estemos o no en presencia de nuestro compañero ideal. Se trata de una faceta demasiado importante en nuestra vida como para descuidarla y dejarla de lado.
Ten presente ejercitar tus músculos sexuales claves.
Los ejercicios Kegel son muy simples y su fama deviene por tratarse de los más adecuados para lograr continuar en forma en el tema que nos ocupa.
Primero deberás identificar tus músculos pubocoxígeos (PC) y para ello, cuando estés orinando intenta detener la orina y luego continúa. Presta atención al movimiento que debes hacer para frenar el flujo de orina y retomarlo, porque ése es el ejercicio que deberás repetir para mantener en forma los músculos PC. Es decir, relajar y contraer esa parte de tu musculatura para que tengas la agilidad física y la fuerza que te brindará mayor placer sexual.
Este ejercicio tiene muchos y variados beneficios. Te permitirá mantener tonificadas tus paredes vaginales, tener más control de tu área pélvica, incitar tu respuesta orgásmica y aumentar tu potencial de placer. Intenta hacerlo con habitualidad.
Fantasear es otra forma de mantener nuestra faceta sexual activa. Debemos acostumbrarnos a disfrutar de los pensamientos eróticos que aparecen siempre en nuestra mente. Clínicamente se ha comprobado que quienes lo hacen tienen más elevado su deseo sexual. Saquemos la mayor ventaja del placer que nuestra mente y nuestra imaginación pueden brindarnos, dejando volar tu imaginación y expandiendo todo el repertorio que tengas de pensamientos sexuales.
No podía faltar la masturbación en esta batería de consejos. A pesar de su mala reputación, debes ponerla en práctica y alejar los temores que la sociedad se encargó de divulgar. El autoplacer, la autogratificación, la autoestimulación, la masturbación o el sexo a solas (vos ponele el nombre que más te guste), es una función sexual psicológicamente beneficiosa, natural y físicamente saludable.
A través de la masturbación podrás conocer cuáles son tus respuestas sexuales, lograr crear tu propio orgasmo y podrás compartirla con tu pareja, cuando aparezca.
Supera el pudor y no olvides que cuánto más orgasmos puedas lograr de esta manera, más fácil podrás tenerlos.
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