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lunes, 15 de junio de 2015

ACV - ISQUEMICO O HEMORRAGICO



El ACV puede ser isquémico o hemorrágico. Con una tomografía computada se puede distinguir de qué tipo de ACV se trata.
En el primer caso se produce debido a la interrupción o disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Puede ser por la presencia de placas de grasa, llamadas ateromas, en alguna arteria que lleva sangre al cerebro.
Otro motivo puede ser la presencia de trombos o coágulos que, desprendidos, viajan a las arterias dentro del cerebro, tapándolas y disminuyendo por ende el flujo sanguíneo.
En el segundo caso, ACV hemorrágico, una arteria se rompe debido a una dilatación arterial o aneurisma, una rotura espontánea o una crisis de hipertensión arterial. Producido alguno de estos accidentes no pasa ni oxígeno ni nutrientes a las células cerebrales o neuronas y entonces éstas empiezan a morir, por eso es tan importante el reconocimiento y el tratamiento inmediato, a los efectos de disminuir las secuelas.
Los síntomas son repentinos, pero claros. Estas son las alertas frente a las cuales hay que correr inmediatamente en busca de ayuda médica. Debe prestarse atención a las 5 "C"
Cabeza: dolor severo de cabeza sin aparente causa.
Caminar: se altera el equilibrio y hay dificultad para caminar, .
Confusión: problemas para entender y hablar, pérdida de orientación y conocimiento.
Ceguera: repentina dificultad para ver.
Cuerpo: sentir paralizado o como dormido, especialmente de un lado, la cara, el brazo o la pierna.
Al producirse el ACV no se pueden levantar en forma pareja las comisuras de los labios, entonces también hay dificultad para sonreir.
Con el tratamiento rápido se mejora el pronóstico y disminuyen las posibles secuelas, tales como parálisis y problemas en la visión o en el habla.
Si se trata de un ACV isquémico, se puede administrar una droga por vía intravenosa para disolver el coágulo. Esto favorece la recuperación, pero siempre que se haya actuado dentro de las primeras tres horas de aparecido los síntomas. 
Además de la hipertensión, también son factores de riesgo: el tabaquismo, las enfermedades cardiovasculares, antecedentes familiares de ACV, niveles altos de colesterol y diabetes, por lo tanto es importante empezar por evitar en lo posible los factores de riesgo. 

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