PREFERENCIAS Y VARIEDADES QUE LO TRANSFORMARON
EN EL NUEVO JUGUETE SEXUAL
Los preservativos le pudieron ganar al mito de antierotismo que por muchos años los alejaron del placer sexual.
Para lograr esto, la industria apostó a una nueva función de esta herramienta de prevención importantísima: sumarlo al juego erótico previo al acto y volverlo parte de su fantasía.
Integrado así al íntimo encuentro de la pareja, el preservativo estimula la sexualidad y no interfiere para nada en el placer ni el clima del encuentro.
Las variedades nos indican que hay un amplio mercado. También están disponibles a la vuelta de la esquina, en farmacias, supermercados, máquinas expendedoras y sex shops.
La nueva tendencia es prometedora y saludable, sobre todo si se tiene en cuenta que además de evitar los embarazos no deseados, es la vía principal de la prevención de enfermedades de transmisión sexual (entre las que se cuenta el VIH) y que la edad de inicio en las relaciones de esta índole ronda alrededor de los 15 años o menos.
Los hay para todos los gustos: lubricados, aromatizados, de distintas texturas, tipo piel, de colores, de distintas formas. Algunas marcas incorporaron el anillo vibrador. Colocado en la raíz del pene, vibra al entrar en contacto con la vagina estimulando el clítoris directamente. También se venden junto con el preservativo kits de juegos; puede tratarse de ropa erótica con cintas que se van desatando y permite hacer un striptease, aceites eróticos, velas aromáticas y dados eróticos para ser desplegados en cualquier parte del cuerpo.
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