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viernes, 16 de junio de 2017

LOS PADECIENTES (PARTE IV) Síntesis p/discapacitados visuales y/o motrices


EL LLAMADO (PRIMERA PARTE) 

 
 
Al cabo de un rato se encontró con su colega, el Gitano y le pidió que lo llevara en su auto a Gral.Rodríguez. Le explicó que iban a ver al subcomisario Bermúdez, a cuyo cargo había estado la investigación del asesinato. El subcomisario los estaba esperando, porque el mismísimo juez de la causa lo había llamado para pedirle que los recibiera. Subieron al auto y en un momento ambos se miraron y confesaron sentir miedo por lo que iban a encarar. Hacía ya una hora que estaban sentados esperando que el subcomisario se dignara a recibirlos. Era obvio que no lo quería hacer y que había accedido sólo por haberse visto forzado por un pedido desde arriba. Cuando los hicieron pasar, Pablo le pidió al Gitano que no se perdiera ningún detalle de lo que ocurriera allí dentro. Esa iba a ser su responsabilidad. Al ingresar lo saludaron amistosamente a Bermúdez pero éste ni siquiera se levantó del sillón. Luego de una charla general sobre crímenes y asesinatos, a través de la cual el subcomisario buscó intimidar sobre todo a Pablo, éste decidió atacar yendo directamente al tema que lo había llevado hasta allí, preguntándole qué le podía decir sobre el asesinato de Roberto Vanussi. Bermúdez le contó que el cuerpo había sido hallado por un chico un par de semanas atrás, en una laguna, al costado de la ruta, envuelto con una bolsa de arpillera, agregando que todo el cuadro demostraba la impericia del asesino. Presentaba muchos cortes hechos con una cuchilla de tipo doméstica, pero uno solo había tocado un punto vital que le había causado la muerte. Parecía haber sido arrastrado por una sola persona y habían encontrado también, al registrar la vivienda, restos imperceptibles de sangre de la víctima, en el trayecto de la casa hasta unos árboles cercanos. Se calculaba que la muerte había ocurrido hacía unos 40 0 50 días atrás. Como el occiso tenía un pasaje aéreo para volar a Francia y había sido visto el día anterior al viaje, establecieron la fecha del homicidio a partir de ese momento, ya que nunca tomó ese vuelo. Debido a que la investigación se llevó a cabo habiendo transcurrido tanto tiempo después de la muerte, a Pablo no le cerraba cómo habían llegado a la conclusión de que el asesinato había sido cometido por Javier, su hijo. Bermúdez le explicó que fue hallado el arma homicida, con sangre de la víctima y las huellas del asesino, añadiendo que cuando Javier se enteró que el cadáver había aparecido, tuvo un intento de suicidio y previamente dejó una nota confesando la comisión del asesinato. Al enterarse, Pablo no entiende cómo pudo desconocer un detalle tan importante y eso lo hace sentir un estúpido, pero antes de retirarse se anima a preguntarle al subcomisario Bermúdez si, más allá de la nota hallada, él creía que Javier había sido el asesino. El subcomisario lo mira y no dice una sola palabra pero Pablo, inmediatamente entiende cuál es la respuesta. Esa misma noche a las once y mientras está cenando en un bar junto al Gitano, Pablo llama al Dr.Rasseri y usando el tono más suave y persuasivo que encuentra, le dice que necesita hablar con Javier y le solicita que por favor lo saque del estado de coma inducido en el que se encuentra. Ante este pedido tan comprometedor y notando el grado de turbación que tiene el Dr.Rasseri, Pablo decide sincerarse, confesándole que tiene serias dudas de que haya sido Javier quien asesinó a su padre y que la única forma de averiguarlo es hablando con él. Desea saber la verdad sin importar a quien perjudique con ella. El Dr.Rasseri se compromete a evaluarlo y a darle la respuesta al día siguiente. Media hora más tarde un enfermero recibe la orden de suspender algunas de las drogas que se le estaban administrando. Pablo y el Gitano ya se bajaron 2 botellas de vino y siguen comentando lo ocurrido en la reunión con el subcomisario Bermúdez. De pronto, el Gitano seriamente le pregunta a Pablo si piensa que Javier es el asesino de su padre y Pablo, con su misma seriedad, le contesta categóricamente que no. Pablo no pasa una buena noche y a las siete de la mañana se levanta pensando que le parece atinado suspender un día más sus consultas. Sabe que todavía no está en condiciones de concentrarse en nada que no sea el caso Vanussi. Cuando llama a Helena para transmitirle su decisión, ésta se le ha adelantado y a riesgo de que se enojara le confiesa que ya lo hizo. Pablo le agradece el gesto correcto que ha tenido y le pide que extienda la suspensión de las consultas a toda la semana. Reconoce que el tema de Javier Vanussi lo mantendrá ocupado por unos días. Su asistente intenta convencerlo de que abandone el caso, pero sabe que cuando algo lo atrapa es inútil hacerle cambiar de opinión. Pablo toma un remise y decide viajar hasta la casa de los Vanussi. Cuando llega lo recibe Paula. La empleada Francisca deja sobre la mesa una bandeja y se retira. Paula lo idealiza y le parece extraña su presencia en la casa. Pablo todavía no le dio ninguna respuesta respecto a si va a aceptar o no presentarse como perito de parte en el juicio de su hermano. De pronto Paula le dice que, si no le molesta, le gustaría que se tutearan y Pablo acepta. Él comienza a hablar y le hace saber que el motivo de su visita, se debe a que le ha pedido al Dr.Rasseri evaluar la posibilidad de sacar a su hermano del estado de coma en que está, para poder conversar con él. Ella le responde que ya está al tanto, puesto que teniendo la tutoría temporaria de su hermano, el Dr.Rasseri no puede tomar por sí mismo ninguna determinación. Lo tranquiliza enseguida diciéndole que ha aceptado, aunque pone como condición que ella debe verlo antes, para que su primer contacto con la realidad sea con alguien a su lado,  que lo ama y en quien confía; aunque aún falta la decisión del Dr.Rasseri, que entienden no se hará esperar. En un momento que Pablo va a hablar, oye el sonido de un violín interpretando el concierto en La Menor de Bach. Eso le trae el recuerdo de Alejandra, que amaba ese concierto. Cuando finaliza, Paula ve la emoción en los ojos de Pablo. Lo toma de la mano con la intención de presentarle a alguien y lo lleva hacia una habitación de donde provenía la música. Golpea la puerta y en voz muy baja pide permiso para pasar y entra. Pablo la sigue silenciosamente.


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