Será la primera vez en diez años que la familia Kirchner no podrá tener sus cuatro hoteles abiertos al inicio de la temporada turística, en el sur del país. Todos los hoteles de Cristina siguen siendo investigados por la justicia. Además les hace falta mantenimiento, remodelaciones y no tienen gerenciamiento. Esto la complica, por lo que sólo podrá abrir dos de los cuatro hoteles que tiene en El Calafate. Las investigaciones judiciales que recaen sobre la totalidad de la hotelería, van desde presunta falsificación de documentación pública hasta lavado de dinero. Tres de los hoteles de su propiedad y de sus hijos, están en El Calafate y el cuarto se encuentra en El Chaltén. Se investiga profundamente el negocio inmobiliario, ya que la sospecha mayor es que hayan sido usados para lavar activos y devolver coimas. El rubro hotelero les proveyó a los Kirchner el ingreso de cifras millonarias, entre otras cosas por los vínculos comerciales que tenían con Lázaro Báez, mayor beneficiario en la captación de la obra pública. El hotel Los Sauces, lindante con la residencia de Cristina Kirchner, será uno de los que mantendrá sus puertas cerradas. El hotel fue abierto en el año 2006. A partir de su apertura fue gerenciado por la firma Panatel. Esta firma es de la familia Relats, la que durante el gobierno K fue beneficiada con u$s 1.116 millones en contratos de la obra pública. Se trata de un hotel boutique que cerró en la temporada invernal y por ahora no volverá a abrir sus puertas. La familia Relats, sorpresivamente, rescindió el contrato que tenía con la familia Kirchner. Los motivos fueron de orden económico; es que se prevé una muy pobre demanda turística extranjera para la temporada próxima a iniciarse. La administración del hotel le significaba a la firma Panatel el pago de u$s 50.000 mensuales a la familia Kirchner. Las comodidades del hotel son vastas; tiene 42 suites a un precio promedio estimado de u$s 400 por noche. Entre los años 2008 y 2013 tuvo una ocupación promedio del 30%, aunque recién ahora se habla de baja rentabilidad. En la denuncia presentada contra este hotel por la diputada Mariana Zuvic, sostiene que el hotel era usado para el cobro de retornos, teniendo en cuenta los bajos resultados económicos. La familia Relats rescindió el contrato y devolvió las llaves, a través del envío de una carta documento. Será ésta la primera vez, desde que se inauguró, que el hotel permanecerá cerrado. El hotel La Aldea, ubicado en la pequeña localidad de El Chaltén, tampoco brindará alojamiento porque continuará cerrado por refacciones. Es un edificio íntegro de madera y en su puerta principal exhibe un cartel diciendo que continuará cerrado hasta el 2017. Aparentemente el cierre obedece a la ampliación del mismo, el que aumentaría de 26 habitaciones a 38 y a la modernización de las instalaciones para darle una fachada más patagónica. Este hotel fue gerenciado por Lázaro Báez hasta diciembre de 2013, alquilando habitaciones que no utilizó, presuntamente para el pago de coimas y es administrado por Idea SA, de Osvaldo Sanfelice, que fue recientemente denunciado como testaferro presunto de la familia Kirchner. El hotel La Aldea comparte domicilio fiscal con una sociedad de Lázaro Báez y su hijo Martín y está construído sobre un terreno de la empresa inmobiliaria Los Sauces, que como se sabe está investigada por falsificación de documentación pública. Las maniobras realizadas con este hotel, junto con el hotel Las Dunas y Alto Calafate, le habría significado a la expresidenta un ingreso de $ 14 millones en dos años. Por todo lo dicho, esta temporada tan sólo estarán a disposición de los turistas, el hotel Alto Calafate -de Hotesur- y la hostería Las Dunas.
Fuente: "Diario Clarín"
Elsa Inés Bernardi Semino
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