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viernes, 29 de julio de 2016

ALGUNA VEZ LA VIDA TE PUSO EN PAUSA?




Generalmente vamos corriendo por la vida sin saber demasiado bien porqué lo hacemos. Tal vez para no detenernos precisamente a mirar a nuestro alrededor, porque no nos gusta lo que vamos a ver. Vamos mirando hacia adelante en busca de un éxito, laboral, amoroso o de cualquier otra índole, sin cuestionarnos para nada si es la meta que nos conviene. Hasta que en un momento, en esa loca carrera, pasa algo inesperado, un obstáculo imprevisto, una dolencia psíquica o física, que nos paraliza y ya no podemos seguir corriendo. Todo aquello que perseguíamos deja de tener importancia y sólo ponemos atención en lo que nos pasa a nosotros mismos, sin más alternativa que esa. Qué pasó? La vida nos ha puesto en pausa. Cuando esto ocurre lo vivimos como una desgracia y pensamos en que hemos tenido mala suerte, que el destino nos ha jugado una mala pasada. No se nos ocurre pensar que esta pausa que nos ha puesto la vida, tal vez podría convertirse en la mejor oportunidad que nos dio para transformar este momento en el mejor de nuestra vida. Era la única manera de pararnos y decirnos que ese camino no era el correcto. Debemos aprender a escuchar el mensaje que nos está dando para curarnos de la dolencia, pero sobre todo para sanar el conflicto interno que la ha provocado. Las enfermedades no ocurren por casualidad. Ni siquiera un accidente se produce de casualidad. Se trata de una causalidad...una serie de circunstancias que se fueron juntando y armando de a poco, fuera y dentro nuestro, desembocando en la enfermedad, que es sólo un síntoma de lo que está ocurriendo en lo más profundo de nuestro ser. Son las cosas no resueltas del Alma o de eso que todos llevamos dentro y que cada cual le pone el nombre que quiere. Siempre la vida nos dá pequeños avisos para alertarnos que estamos haciendo algo mal... que vamos por el camino equivocado. Si le prestáramos atención, si nos diéramos cuenta y cambiáramos a tiempo el rumbo encarado y lográramos componer el desequilibrio que inconscientemente le hemos impuesto a nuestra vida, tal vez podríamos llegar a tiempo para evitar caer en alguna enfermedad o sufrir un imprevisto accidente. El medicamento homeopático facilita este cambio, pero debemos acompañarlo con nuestro propio pensamiento. Si no estamos convencidos de que tenemos que cambiar, ningún medicamento hará nada por nosotros. Si no nos hacemos cargo y sólo buscamos culpables, si pensamos que ya somos demasiado grandes para cambiar y si lo único que ponemos delante nuestro son obstáculos, no esperemos imposibles. Podemos curarnos tal vez de una neumonía con los antibióticos indicados, pero si no descubrimos qué pasó en mi vida que me llevó a contraerla, es factible que con el tiempo la volvamos a contraer, simplemente porque la raíz del problema subsiste... y de pronto llega con mayor intensidad para que alguien escuche la señal, Por eso, si la vida te pone en pausa, recíbela como el mejor de los regalos. Observa el mensaje que te trae y si no lo comprendes hacé lo que te indica tu propia intuición, que es tu mejor maestro y toda decisión que tomes desde tu consciencia, siempre será la correcta.

Fuente: Diario "El Homeopático" - Dra.Liliana Szabó 
                                                                                              Elsa Inés Bernardi Semino
                                                                                       

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