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lunes, 5 de octubre de 2015

VIH - RECIEN NACIDOS


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Para saber si una madre portadora de VIH transmitió el virus a su bebé, se deberá tomar una muestra de sangre del niño en las primeras 24-48 horas de vida. No se puede confiar en la sangre del cordón umbilical porque se contamina con la sangre de la madre.
Se deben volver a hacer análisis en la segunda y sexta semana de vida y deberán hacer un tratamiento preventivo durante los primeros 120 días.
Si el bebé ya se ha infectado, a través del servicio de infectología pediátrica, se hará un seguimiento del recién nacido. A todos los bebés infectados con VIH se les facilitan cuidados precozmente, en cuanto a vacunas, alimentación, infecciones y el mismo tratamiento del VIH, todo ello con el objetivo de evitar que aparezcan infecciones de cualquier naturaleza.
Durante el primer año de vida no existe ningún factor que permita predecir la evolución del niño. Además, los valores del CD4 son mucho más altos naturalmente, en los niños que en los adultos. Esto no implica que las defensas estén intactas, porque la función de estas células aún no está madura y por ende puede aparecer cualquier infección grave, aún teniendo los CD4 dentro de los valores normales.
Las recientes recomendaciones indican que es conveniente iniciar tratamiento en los niños infectados por VIH, en cuanto se diagnostique, es decir, en las primeras semanas o meses de vida. Si el diagnóstico se le da cuando ya es mayor de un año, no hay un momento definido para empezar el tratamiento, pues depende de los CD4, la situación clínica del niño y de la carga viral. El especialista será quien tomará la decisión de iniciar el tratamiento con antirretrovirales (ARV).
Los bebés toleran los fármacos mejor que los adultos. Esto puede deberse a que no suelen tener ninguna otra enfermedad asociada. No obstante es indispensable realizar controles periódicos, sobre todo al principio del tratamiento, para descartar cualquier alteración secundaria a los medicamentos.
Durante el primer año de vida, es obligatorio realizarle un tratamiento preventivo frente a enfermedades tales como neumonías. Se debe iniciar precozmente el calendario de vacunación, para protegerlo de las infecciones habituales, pero también porque la respuesta inmunológica a las vacunas es muy buena en estas fases iniciales. También se les deben aplicar las vacunas contra la varicela, gripe y neumococo.
Fuente: Revista "Vivir Mejor"
                                                                                               Elsa Inés Bernardi Semino

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