El es gay, ella es un transexual y las niñas son adoptadas y provienen de Marruecos. Así de fuerte sonaron las palabras de Joan Rivers, medio en broma medio en serio, justo un mes antes de su muerte, de quien se presume que algo malo pueden haberle hecho luego de divulgar este secreto tan bien guardado. El verdadero nombre de la primera dama de los Estados Unidos era Michael LaVaughn Robinson, que nació en Illinois, Chicago, el 17 de enero de 1964. Tenía un hermano menor, Michael fue el segundo hijo. Su padre, Fraser Robinson III, era un conocido traficante de cocaína y su madre Marian Robinson Escudos, una prostituta a quien le diagnosticaron el virus del VIH en 1998. Los compañeros de clase de Michael pudieron observar cómo siempre se lamentaba por considerar que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. Vivía obsesionada por eso. Fue así que un poco antes de cumplir los 19 años decidió someterse a la cirugía de reasignación de sexo. La operación fue llevada a cabo en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Para ocultar su nueva identidad, se fue del estado de Oregon y se inscribió con su nuevo nombre, Michelle Robinson, en la Universidad de Princeton. Años después conoció a Barry Obama Jr. con quien se casó y adoptaron dos hijos. Truth & Action, que es un sitio de información política, dice que esta conspiración se basa en los rasgos masculinos de Michelle, que se los ve mucho más pronunciados que en el cuerpo de su marido. Aseguran que Michelle Obama tiene la cara, los hombros, las caderas, la musculatura, las manos, los dedos, la nuez de adán, la altura y las proporciones de un hombre. Para minimizar las evidencias supuestas, Michelle viste y calza acorde a sus características físicas. También se dice que nunca ha sido fotografiada durante sus embarazos y que sólo hay fotos de las niñas cuando eran bebés. De todas maneras, aunque lo fuera, no importaría, porque Michelle es un ser humano noble y adorable.
Fuente: Joan Rivers - Rosalía Sanz
Elsa Inés Bernardi Semino
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